Zona litoral, ámbito ecológico marino que experimenta los efectos de las mareas y las corrientes litorales y las olas rompientes hasta una profundidad de 5 a 10 metros (16 a 33 pies) por debajo del nivel de la marea baja, dependiendo de la intensidad de las olas de tormenta. La zona se caracteriza por la abundancia de oxígeno disuelto, luz solar, nutrientes, energía de las olas y movimiento del agua generalmente elevados y, en la subzona intermareal, por la alternancia de inmersión y exposición. La naturaleza geológica de las costas y los fondos cercanos a la costa es muy variada. En consecuencia, la fauna litoral en su conjunto incluye un enorme número de especies y todos los filos principales, aunque el número de individuos puede variar mucho según la localidad. Los arrecifes de coral, las costas rocosas, las playas arenosas y las bahías protegidas cuentan con poblaciones litorales especializadas de flora y fauna intrínsecamente interrelacionadas.
Los tipos de seres vivos que habitan una zona litoral dependen en gran medida del tipo de fondo y del grado de exposición de la zona a la acción de las olas. Las costas arenosas expuestas suelen desarrollar poblaciones escasas, especialmente entre las líneas de marea, mientras que los pocos organismos que habitan en las costas rocosas barridas por las olas suelen estar firmemente cementados o anclados al sustrato. Sin embargo, las bahías y ensenadas que están protegidas de la acción violenta de las olas suelen desarrollar poblaciones ricas. Las costas rocosas protegidas suelen estar cubiertas de algas, mejillones, percebes, etc., entre los que se arrastran diversos tipos de cangrejos y gusanos. Los fondos arenosos y fangosos protegidos están repletos de moluscos, gusanos y equinodermos.