La urticaria crónica, o ronchas, es más común en las mujeres que en los hombres. Puede aparecer repentinamente en la mediana edad y, al menos en algunos casos, podría estar asociada a los cambios hormonales, incluidos los que se producen durante la menopausia. Para algunas mujeres que atraviesan la menopausia, el picor de la urticaria supera las molestias de otros síntomas, como los sofocos y la sudoración nocturna.
Aunque no hay respuestas definitivas sobre la conexión entre la menopausia y la urticaria crónica, existen algunas teorías generales:
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Los cambios hormonales desencadenan una respuesta autoinmune. Entre el 30 y el 50 por ciento de los casos de urticaria crónica están asociados a respuestas autoinmunes
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Otros síntomas de la menopausia, como los sudores nocturnos o los sofocos, desencadenan la urticaria
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El estrés emocional o físico asociado a la menopausia desencadena la urticaria
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Los cambios en los niveles de estrógeno aumentan los niveles de histamina en el cuerpo, provocando la urticaria
Desgraciadamente, hay muy poca investigación científica sobre la conexión entre la menopausia y la urticaria crónica. Un estudio realizado en 2008 afirmaba que «la urticaria puede estar asociada a algunas enfermedades y afecciones caracterizadas por cambios hormonales», y otro completado en 2003 indicaba que el estrógeno ayuda de forma natural a regular el sistema inmunitario. La disminución de estrógenos durante la menopausia podría desencadenar una respuesta autoinmune.
Tratamiento
El tratamiento tradicional para la urticaria crónica incluye antihistamínicos orales, cremas antihistamínicas y corticosteroides de corta duración. Si éstos no ofrecen alivio, se puede añadir una segunda línea de antihistamínicos. También se prescriben algunos medicamentos fuera de etiqueta, como un antidepresivo tricíclico, que se ha comprobado que funciona cuando se toma antes de acostarse.
El tratamiento de la urticaria crónica durante la menopausia puede ser difícil. El primer paso es determinar si está causada por un trastorno autoinmune; sin embargo, no hay ninguna prueba de laboratorio definitiva que indique que se trata de una respuesta autoinmune. Es posible que tenga que hablar con un especialista, como un médico especializado en endocrinología o inmunología. Es posible que su médico le inicie los tratamientos tradicionales. Si estos tratamientos no son eficaces, su médico podría utilizar antihistamínicos fuera de etiqueta, como o medicamentos inmunosupresores.
Si su médico descarta una respuesta autoinmune, podría sugerirle tratamientos tradicionales. Dado que la urticaria crónica durante la menopausia no está causada por una alergia, no puede evitar los desencadenantes comunes de otras afecciones, como la leche, los huevos o los cacahuetes. Y acudir a un alergólogo probablemente no le ayudará. Es posible que quieras hablar de tus niveles de estrógeno con tu ginecólogo y hablar de los tipos de tratamientos disponibles para el bajo nivel de estrógeno. Pero estos tratamientos tienen desventajas, y su médico debería explicarle los riesgos de los tratamientos con estrógenos (y si su médico no lo hace, por favor pregunte).
¿La conclusión? No te rindas
Según varias mujeres que han publicado preguntas o comentarios en HealthCentral, se necesita tiempo para encontrar el médico adecuado para tratar tu urticaria crónica. Tal vez quiera señalar los estudios y los enlaces a los que se hace referencia aquí y compartir esa información con su médico, y señalar que efectivamente puede haber una relación entre la urticaria crónica y la menopausia.
Fuentes:
Urticaria crónica idiopática: Medscape
Urticaria crónica y opciones de tratamiento: Indian Journal of Dermatology
Fármacos bloqueadores de la histamina para la urticaria: Cochrane Database of Systematic Reviews
Hormonas sexuales y urticaria: Journal of Dermatological Science