Este tratado, firmado el 24 de diciembre de 1814, puso fin a la Guerra de 1812, librada entre Gran Bretaña y Estados Unidos.
Durante las primeras décadas de la historia de la nación, las relaciones entre Estados Unidos y Gran Bretaña siguieron siendo tensas. Su relación se deterioró considerablemente con el estallido de la guerra en Europa en 1803. Gran Bretaña impuso un bloqueo a paÃses neutrales como Estados Unidos. Además, los británicos sacaron a los marineros estadounidenses de sus barcos y los «impresionaron» en la marina británica. En el Congreso, los «halcones de la guerra» demócratas-republicanos del sur y del oeste, como el nuevo presidente de la Cámara, Henry Clay, de Kentucky, y el representante John C. Calhoun, de Carolina del Sur, lideraron el sentimiento a favor de la guerra, llamando a la defensa de los intereses y el honor estadounidenses. El 1 de junio de 1812, el presidente James Madison pidió una declaración de guerra. Poco después, el Congreso, a pesar de la oposición de todos los federalistas, aprobó la declaración.
La Guerra de 1812 produjo una serie de desastres militares estadounidenses. El más impactante fue el incendio del Capitolio, la casa del Presidente y otros edificios públicos en Washington por parte del ejército británico el 24 y 25 de agosto de 1814. (Los estadounidenses ya habían quemado edificios públicos en Canadá).
En 1814, ambas partes estaban trabajando para llegar a una resolución y acordaron discutir los términos de la paz. Una reunión en Bélgica de delegados estadounidenses y comisionados británicos terminó con la firma del Tratado de Gante el 24 de diciembre de 1814. Gran Bretaña aceptó renunciar a las reclamaciones sobre el Territorio del Noroeste y ambos países se comprometieron a trabajar para acabar con el comercio de esclavos. Estados Unidos, por su parte, ganó influencia como potencia extranjera. La noticia del tratado se difundió lentamente, y la noticia de la paz no llegó a los ejércitos estadounidense y británico durante algún tiempo. Las fuerzas estadounidenses, dirigidas por Andrew Jackson, ganaron la batalla de Nueva Orleans el 8 de enero de 1815, poniendo fin a las hostilidades tras la paz oficial.
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