Trastornos de la excitación en adultos: nuevas herramientas diagnósticas para la práctica clínica
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Presentación clínica
La DOA puede diagnosticarse normalmente basándose únicamente en una cuidadosa anamnesis (Mason y Pack 2007). La evaluación debe incluir una historia clínica completa, un examen físico, neurológico y del desarrollo, y un programa de sueño-vigilia, incluyendo una descripción detallada de los eventos nocturnos, idealmente proporcionada por los compañeros de cama o los padres. El diagnóstico clínico de DOA se basa principalmente en los criterios establecidos en el ICSD-3 (American Academy of Sleep Medicine 2014).
Despertares confusos
Los CA son episodios durante los cuales el sujeto se sienta en la cama y mira a su alrededor como si estuviera confundido (American Academy of Sleep Medicine 2014). Las AC suelen comenzar con movimientos automáticos, vocalizaciones o gemidos y pueden progresar hasta revolverse en la cama o tener comportamientos violentos hacia uno mismo o hacia los demás. Los individuos suelen aparecer con una mentalidad lenta y tienen una escasa reactividad a los estímulos ambientales; los intentos de despertar a la persona suelen ser infructuosos y pueden encontrarse con una vigorosa resistencia. La AC debe diferenciarse de la inercia del sueño, un estado transitorio de baja excitación que se produce inmediatamente después de despertar del sueño y que produce una disminución temporal de los rendimientos posteriores (Roth et al. 1972; Tassi y Muzet 2000; Trotti 2017). Sin embargo, no está claro si la embriaguez del sueño, un fenotipo severo de la inercia del sueño debe ser clasificado como AC. La embriaguez del sueño se observa con frecuencia en la hipersomnia idiopática y se caracteriza por la confusión, el habla arrastrada, la lentitud, la incoordinación y la amnesia que dura hasta varios minutos después de despertarse del sueño por la mañana (Trotti 2017).
Terrores del sueño
Los TS son la forma más extrema y dramática de DOA. Los episodios suelen comenzar con un llanto o un grito desgarrador asociado a intensos síntomas neurovegetativos como midriasis, taquicardia, taquipnea, sudoración, enrojecimiento de la piel, aumento del tono muscular. Los sujetos suelen sentarse en la cama y no responden a los estímulos externos. Los episodios no suelen durar más de unos minutos en los adultos y, después, los sujetos suelen relajarse y volver a dormir espontáneamente. Sin embargo, los episodios de TS pueden ir seguidos de AC, especialmente si el compañero de cama intenta despertar al sujeto. Las expresiones faciales pueden reflejar un miedo intenso. Los episodios suelen ir acompañados de vocalizaciones incoherentes y de una actividad motora agitada, como si reaccionaran ante un peligro inminente. Aunque parecen estar alerta, con los ojos abiertos, los sujetos pueden no reconocer a sus familiares y cualquier intento de consuelo es infructuoso y puede servir sólo para prolongar o incluso intensificar el episodio. Si el paciente se despierta al final del episodio, como puede ocurrir en niños mayores o en adultos con episodios prolongados, puede describir una sensación de amenaza o peligro primitivo, pero rara vez ofrece la extensa secuencia de imágenes mentales que se asemejan a un sueño (Kales et al. 1980; Meltzer y Mindell 2006; Provini et al. 2011; American Academy of Sleep Medicine 2014). Las TS deben diferenciarse de las pesadillas, que son sueños vívidos asociados a un contenido emocional intenso y negativo que despiertan a los pacientes del sueño (Levin y Fireman 2002). En comparación con las TS, las pesadillas son más comunes durante la segunda mitad de la noche (porque ocurren durante el sueño REM) y no se caracterizan por la actividad motora durante el sueño o la confusión tras el despertar. Además, el recuerdo del evento es común, las personas están completamente despiertas y reportan una descripción adecuada y detallada de las imágenes del sueño (Sheldon 2004; Mason y Pack 2007) (Tabla 2).
Sonambulismo
Los episodios de TS pueden comenzar con una AC. Los episodios también pueden comenzar con el sujeto levantándose de la cama y caminando o también «saltando» de la cama y corriendo. Los comportamientos pueden ser simples y sin propósito o complejos y prolongados. La caminata puede terminar espontáneamente, a veces en lugares inapropiados, o el sujeto puede volver a la cama, acostarse y reanudar el sueño sin alcanzar la conciencia. El sujeto está desorientado en el tiempo y en el espacio, con habla lenta, actividad mental marcadamente reducida y respuestas inapropiadas a las preguntas o peticiones que se le hacen. A pesar de la percepción reducida de los estímulos externos, como resultado del bloqueo de los estímulos sensoriales, el individuo puede parecer despierto, con una vigilancia reducida y una respuesta cognitiva deteriorada (Kavey et al. 1990; Crisp 1996; Plante y Winkelman 2006; American Academy of Sleep Medicine 2014). A menudo hay una amnesia anterógrada y retrógrada grave. Los sueños no suelen estar presentes, pero los sonámbulos pueden relatar una mentalidad limitada de sus motivaciones para su comportamiento, especialmente si se despiertan durante un episodio (Oudiette et al. 2009).
Cuestionarios de autoinforme
Se pueden utilizar varias herramientas para examinar a los sujetos con alto riesgo de DOA, evaluar su gravedad y valorar el beneficio del tratamiento. En contraste con la RBD, hay muy pocos instrumentos desarrollados para la DOA.
El MUPS es un cuestionario autoadministrado que evalúa 21 conductas y trastornos nocturnos diferentes con una sola pregunta, incluyendo el SW, el ST, el CA. El MUPS evalúa la frecuencia pasada o actual de cada conducta. Además, para cada ítem, se pide que se informe si el comportamiento es observado por el propio durmiente y/o por otros. Las propiedades psicométricas del MUPS se evaluaron en pacientes con diversos trastornos psiquiátricos del sueño y en controles sanos. El MUPS tiene una sensibilidad que oscila entre el 83 y el 100% y una especificidad que oscila entre el 89 y el 100% para el diagnóstico de las tres principales presentaciones clínicas de la DOA (Fulda et al. 2008).
La Escala de Trastornos de la Excitación de París (PADS) es un cuestionario autoadministrado diseñado para detectar y evaluar la gravedad de la DOA. La PADSS consta de 17 ítems relacionados con las conductas parasomníacas (con dos componentes, vagabundeo y violencia/manipulación), un ítem para su frecuencia nocturna y cinco ítems que evalúan las consecuencias y el funcionamiento diurno. La puntuación total oscila entre 0 y 50. El umbral de > 13/50 identificó correctamente a los pacientes con SW y/o ST de los controles sanos (sensibilidad del 83,6%, especificidad del 98,1%) y de los pacientes con RBD (especificidad del 89,5%) (Arnulf et al. 2014).
Grabación de vídeo en casa
Un vídeo casero utilizando una cámara aplicada en el dormitorio del paciente es una buena opción para registrar episodios motores de diferente origen, como convulsiones epilépticas, psicógenas u otros eventos (Johansen et al. 1999; Sartori et al. 2008; Cuppens et al. 2012). Las grabaciones de vídeo caseras pueden capturar episodios raros difíciles de registrar con la polisomnografía de vídeo-EEG nocturna en un laboratorio de sueño, recogiendo características semiológicas que faltan en la historia proporcionada por los cuidadores de los pacientes (Sartori et al. 2008; Ramanujam et al. 2018). Muchos autores concluyeron que también en un entorno con recursos limitados, los teléfonos móviles, que son fáciles de usar y no suponen un desafío tecnológico, pueden ser aprovechados para capturar episodios motores para diagnosticarlos con precisión (Dash et al. 2016).
Considerando la amplia disponibilidad de cámaras de vídeo y teléfonos de vídeo, el análisis de las grabaciones de vídeo caseras de DOA junto con las características históricas, podría convertirse en una herramienta importante para un diagnóstico correcto. El único informe que describe el uso del vídeo casero para la DOA fue realizado en 2013 por Mwenge et al. En este estudio una sonámbula adulta monitorizó sus comportamientos durante 36 noches documentando episodios complejos prolongados que no suelen observarse durante la VPSG ambulatoria y proporcionando las herramientas para diferenciar el SW de las convulsiones (comportamientos no estereotipados vs. estereotipados) (Mwenge et al. 2013).
Por lo tanto, las grabaciones de vídeo casero podrían ser una herramienta relevante para el diagnóstico de DOA. Confirma la DOA cuando la historia clínica es sugestiva de DOA y apoya el proceso de diagnóstico cuando la historia clínica no es clara (por ejemplo, no se recuerdan los episodios; los sujetos duermen solos; los testigos no pueden describir los episodios con precisión) o cuando no es completamente sugestiva de DOA (inicio en la edad adulta; alta frecuencia de los episodios; sospecha de comportamientos estereotipados).
Polisomnografía
Macroestructura del sueño
La macroestructura del sueño es un término utilizado para indicar la arquitectura del sueño basado en el método estandarizado por Rechtshaffen y Kales que permite la construcción de diagramas hipnóticos (es decir, hipnogramas) y medidas convencionales del sueño basadas en épocas de 30 segundos (Rechtschaffen y Kales 1968). Hasta hace poco, se consideraba que la polisomnografía tenía un valor limitado para diferenciar a los pacientes con DOA de los durmientes normales y, por tanto, no está indicada para la evaluación rutinaria de la parasomnia del sueño NREM. La polisomnografía suele realizarse para descartar diagnósticos diferenciales y para evaluar otros trastornos del sueño potencialmente asociados, como el síndrome de apnea obstructiva del sueño, que puede coexistir con la DOA.
La mayoría de los estudios que examinan la macroestructura general del sueño en la DOA revelaron resultados contrastados, sin hallazgos importantes asociados a la DOA (Zucconi et al. 1995; Espa et al. 2000; Schenck et al. 1998; Blatt et al. 1991). Un estudio reciente sobre la mayor muestra de pacientes con DOA y controles, a los que se les realizó un registro VPSG de una noche, informó de una reducción de los estadios 1 y 2 del sueño NREM y un aumento de los porcentajes de sueño REM (López et al. 2018). Los autores también encontraron una mayor duración del sueño de ondas lentas (SWS) y una menor latencia al SWS en los pacientes en comparación con los controles.
Estudios de casos y controles encontraron consistentemente un aumento de los despertares y/o microdespertares del SWS en pacientes con DOA en comparación con los controles sanos (Blatt et al. 1991; Brion et al. 2012; Espa et al. 2002; Espa et al. 2000; Gaudreau et al. 2000; Joncas et al. 2002; Oudiette et al. 2009; Schenck et al. 1998; Uguccioni et al. 2015). La fragmentación excesiva del SWS parece representar un patrón polisomnográfico típico en la DOA. Un estudio reciente proporcionó un método de puntuación para cuantificar dicha fragmentación. Los autores definieron los eventos de interrupción del SWS como (1) la aparición de cambios bruscos de frecuencia del EEG en las derivaciones centrales u occipitales con una combinación de ondas theta y alfa, frecuencias > 16 Hz y con una duración de 3 a 15 s (es decir, microdespertares); o (2) eventos similares pero con una duración de > 15 s (es decir, despertares); o (3) eventos con ondas delta persistentes (0,5-3 Hz) en las derivaciones centrales asociadas a un aumento de la actividad muscular y con una duración de > 3 s. La suma de todas las interrupciones del SWS por hora de SWS se denominó índice de fragmentación del SWS (SWSFI). Se encontró un SWSFI dos veces mayor en los pacientes con DOA en comparación con los controles sanos, ofreciendo este índice unas prestaciones de clasificación satisfactorias, con una sensibilidad y especificidad en torno al 80% obtenidas con un punto de corte de 6,8/h. Resulta interesante que el SWSFI es un método de puntuación fácil de establecer en la práctica clínica, con una excelente concordancia inter-agente (Fig. 1) (López et al. 2018).