Para las personas con una infección grave o recurrente por Clostridium difficile que no responde al tratamiento con antibióticos, los especialistas del NYU Langone pueden recomendar un trasplante de microbiota fecal. Este procedimiento consiste en transferir heces humanas sanas al colon de una persona infectada por C. difficile para restablecer las cepas de bacterias beneficiosas que mantienen a raya a las «malas».
La microbiota puede proceder de un familiar, un amigo o un banco de heces -similar a un banco de sangre-, pero el donante debe estar sano. Antes del procedimiento, las heces se someten a pruebas rigurosas para detectar cualquier enfermedad transmisible, como la hepatitis, trastornos autoinmunes como la enfermedad celíaca, parásitos y bacterias «malas». Los médicos también deben asegurarse de que el donante no ha tomado antibióticos recientemente.
El trasplante de microbiota fecal se realiza durante una colonoscopia, un procedimiento que permite al médico examinar el colon mediante un tubo largo y flexible con una cámara y una luz en el extremo. La muestra de heces se coloca en el tubo, o colonoscopio, y la punta del dispositivo se introduce en el ano. Se avanza lentamente hacia el colon. Una vez que llega al final del colon, cerca del intestino delgado, el médico libera la muestra de heces.
El procedimiento dura unos 30 minutos. Se le administra un sedante para minimizar las molestias.
El trasplante de microbiota fecal es un tratamiento de último recurso. No todo el mundo es un buen candidato para el procedimiento. Es especialmente arriesgado en personas que están tomando medicamentos que suprimen el sistema inmunitario, como las que se han sometido recientemente a un trasplante de órganos o de médula ósea o tienen cirrosis hepática.
Los médicos pueden recomendar el procedimiento a quienes hayan tenido al menos tres episodios de infección por C. difficile de leve a moderada que no hayan respondido a entre seis y ocho semanas de tratamiento con antibióticos. Los síntomas de leves a moderados incluyen calambres abdominales leves y diarrea acuosa tres o más veces al día.
Las personas que hayan tenido al menos dos episodios de infección grave por C. difficile que hayan requerido hospitalización también pueden ser aptas para un trasplante fecal. Los síntomas graves incluyen pérdida de peso, fiebre, diarrea acuosa durante todo el día y la noche, calambres y dolores abdominales dolorosos, y sangre o pus en las heces.
El procedimiento también puede ser una opción para quienes hayan tenido una infección grave por C. difficile o una colitis grave relacionada con C. difficile -inflamación del revestimiento del colon- que no haya respondido a los antibióticos.
Los médicos vigilan a las personas que se han sometido a un trasplante de microbiota fecal durante una o dos horas después del procedimiento, el tiempo que tarda en desaparecer el efecto del sedante.
Las personas a las que se les administran sedantes antes o durante una colonoscopia no pueden conducir por sí mismas hasta su casa, aunque se sientan alerta. La mayoría de las personas hacen que un familiar o amigo les acompañe al procedimiento. Una vez que el médico le autorice a volver a casa, podrá retomar sus actividades habituales.
Después de un trasplante fecal, la infección suele resolverse en unas horas o unos días.