Mientras la prohibición de las bolsas de plástico de un solo uso y de las pajitas cobra fuerza en todo el mundo, la atención se centra ahora en otro poderoso oponente medioambiental: la espuma de poliestireno. La espuma de poliestireno plantea graves problemas de salud para la vida acuática y la salud general del planeta, lo que no es de extrañar, ya que está hecha de miles de piezas de plástico no biodegradable.
Aunque el material es menos aceptado en las instalaciones de reciclaje que el papel o el plástico debido a los altos costes y el uso de energía necesarios para reciclarlo, con un poco de esfuerzo adicional, todavía es posible reciclar la espuma de poliestireno si te encuentras con vasos o envases de comida para llevar perdidos. Entonces, ¿cómo podemos deshacernos éticamente de la temida espuma?
Los fundamentos
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Primero lo primero, es un error común pensar que todos esos materiales de embalaje, vasos y platos desechables están hechos de espuma de poliestireno. En realidad, todo ese material se denomina poliestireno expandido. La espuma de poliestireno es similar, aunque menos flexible, y se utiliza en el aislamiento y la construcción (y normalmente es azul en lugar de blanca).
La espuma de poliestireno se ha convertido en un término paraguas utilizado para describir todos los productos de poliestireno expandido, con precisión o no. A efectos de esta historia, nos referiremos a todos los productos de espuma de poliestireno como EPS.
Como cualquier material reciclable, es importante que conozca algunos aspectos básicos antes de desecharlo:
- La mayoría de los productos de EPS se identifican por el número «6» que llevan (de ahí que se les denomine productos de plástico nº 6).
- Los productos de EPS contaminados o sucios (como los que han estado en contacto con alimentos) pueden ser más difíciles de reciclar. Es probable que lo mejor sea enjuagar rápidamente cualquier envase de alimentos con agua.
- Los diferentes colores de la espuma de poliestireno a veces son importantes. Algunas instalaciones pueden rechazarlos o exigir que se separen en función del color.
Comprueba con tu programa local de reciclaje
Si quieres reciclar algunos productos de EPS, el primer paso natural es hacer una rápida búsqueda online del programa de reciclaje que opera en tu ciudad, y/o contactar con ellos para saber si aceptan este tipo de residuos. Y si es así, asegúrese de preguntar cómo funciona la recogida de espuma de poliestireno. Es posible que exijan que se separe de otros materiales reciclables. San Diego (California) y Greensboro (Carolina del Norte) son algunos ejemplos de ciudades que ofrecen la opción de reciclar sus materiales de EPS.
Aunque los sitios de entrega pueden aceptarlos, esos molestos cacahuetes de embalaje pueden ser más difíciles de reciclar. La mayoría de los cacahuetes de embalaje están hechos de EPS, pero algunas empresas han adoptado el almidón de maíz para crear una alternativa biodegradable, que es prácticamente idéntica a la versión de EPS. En consecuencia, algunas instalaciones pueden negarse a reciclar los cacahuetes, simplemente por miedo a contaminar sus otros reciclables de EPS.
Si su instalación local de reciclaje no acepta cacahuetes, puede ponerse en contacto con su tienda local de UPS para averiguar si los aceptan para su reutilización.
Déjelo en un centro cercano
Si no está seguro de si su programa de reciclaje en la acera acepta el EPS -o descubre que no lo hace- haga lo siguiente y deje sus productos de EPS en un centro de reciclaje cercano que sí acepte el material problemático. Utilizando el sitio web de Earth911, puede localizar la instalación más cercana que acepte espuma de poliestireno y otros materiales reciclables.
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¿A quién le importa?
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¡Todos deberíamos! Actualmente, Estados Unidos se está sumergiendo de cabeza en un problema literalmente de basura; China, uno de los mayores importadores de nuestro material reciclable, prohibió recientemente la importación de nuestra basura, creando una afluencia de basura que se queda en nuestros vertederos.
Así pues, ahora más que nunca deberíamos ser conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente. Y aunque ser conscientes de nuestro propio uso de EPS es un primer paso importante, las medidas políticas a mayor escala también son cruciales para frenar el problema. Así que cuando termines de reciclar tu propia espuma de poliestireno, considera la posibilidad de presionar a tus funcionarios locales para que la prohíban, si es que tu ciudad no tiene ya una en vigor.
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