Los estados regulan legalmente el sector privado. Las empresas que operan dentro de un país deben cumplir con las leyes de ese país.
En algunos casos, normalmente relacionados con empresas multinacionales que pueden elegir sus proveedores y ubicaciones en función de su percepción del entorno normativo, las regulaciones estatales locales han dado lugar a prácticas desiguales dentro de una empresa. Por ejemplo, los trabajadores de un país pueden beneficiarse de sindicatos fuertes, mientras que los de otro país tienen leyes muy débiles que apoyan a los sindicatos, aunque trabajen para el mismo empleador. En algunos casos, las industrias y las empresas individuales deciden autorregularse aplicando normas más estrictas para tratar a sus trabajadores, clientes o el medio ambiente que el mínimo que se les exige legalmente.
Puede haber efectos negativos del sector privado. A principios de la década de 1980, la Corrections Corporation of America fue pionera en la idea de gestionar las prisiones con ánimo de lucro. En la actualidad, las prisiones gestionadas por empresas albergan el 8% de los reclusos de Estados Unidos. Al ser del sector privado, su principal prioridad no es la rehabilitación, sino el beneficio. Esto ha dado lugar a muchas violaciones de los derechos humanos en todo Estados Unidos.