Los niños tienen una manera de desarmar a los padres con sus sonrisas inocentes y comentarios dulces. Sin embargo, nada puede prepararte para la ira de un niño enojado.
La ira es una respuesta natural a la injusticia o la frustración. Sin embargo, los niños no nacen con conciencia y control emocional, por lo que depende de los padres ayudarles a lidiar con ella. Afortunadamente, la mayoría de los niños superan los arrebatos y las rabietas a los siete u ocho años. Para entonces, han aprendido a autocontrolarse y pueden vocalizar mejor sus frustraciones.
Hay ocasiones en las que la ira de un niño puede ser una señal de un problema más profundo. Conocer las señales de alerta puede ser el primer paso para conseguir la ayuda adecuada.
¿Cuándo hay que preocuparse? Cuáles son las formas de ayudar a un niño a lidiar con el enfado?
¿Es normal que mi hijo esté tan enfadado?
Los niños pueden enfadarse por diversos motivos. A menudo, no parece que deba ser un gran problema, pero los niños tienen grandes emociones. Nunca se sabe lo que puede hacerlos estallar. Puede ser un zumo derramado, un juguete perdido, unos cereales equivocados o unos calcetines que se sienten raros. Los niños lo comunicarán a menudo y de muy diversas maneras.
Aquí están las formas más comunes en las que un niño enfadado expresará sus sentimientos:
- Llorando
- Gritando
- Pateando
- Mordiendo
- Gritando
- Pisando
- Empujando
- Tienen rabietas y arrebatos que van más allá de los 7 u 8 años.
- Su ira interfiere en las relaciones en casa e interrumpe la vida familiar.
- El niño se vuelve peligroso para sí mismo o para los demás.
- El niño se siente mal por ello.
- La ira del niño causa problemas con otros niños en la escuela.
- La frecuencia e intensidad de los estallidos aumenta a medida que el niño crece.
- Tres o más arrebatos severos a la semana, de media
- Estallidos que hayan durado al menos 12 meses
- Crónica irritabilidad o mal humor
- Dificultad para funcionar en múltiples entornos
- La irritación es desproporcionada para la situación extrema para lo que se consideraría normal para esa edad
- Piensa antes de hablar.
- Haz ejercicio.
- Tómate un tiempo muerto.
- Exprésate después de calmarte.
- No ataques ni critiques a los demás.
- Usa el humor para aliviar el conflicto.
- Busca soluciones en lugar de centrarte en el problema.
- Sabe cuándo buscar ayuda.
- Enseñar a su hijo una variedad de palabras para usar para diferentes emociones
- Permitir a su hijo describir sus emociones haciendo preguntas
- Haga que su hijo cierre los ojos y se imagine un semáforo.
- Cuando el semáforo esté en rojo, respire profundamente tres veces y piense en algo relajante.
- Cuando el semáforo se ponga en amarillo, es el momento de evaluar el problema. Piense en dos formas de resolver el problema. Necesita la ayuda de un adulto?
- Cuando el semáforo se ponga en verde, es el momento de probar una de las soluciones.
- Este juego de visualización ayuda a construir los patrones necesarios para pensar en un problema.
5. Ejercicio
El ejercicio es una gran manera de reducir el estrés, aumentar la concentración y dar un impulso general. Sin embargo, hay otra razón para considerar su inclusión en la lista de tratamientos. Si su hijo tiene sobrepeso, el ejercicio aeróbico puede ser una forma eficaz de reducir la ira y la agresividad.
Una mirada rápida a la terapia conductual
Para los niños que tratan con otros trastornos, los métodos anteriores podrían no ser suficientes. Aunque puede ser desalentador, hay mucha ayuda disponible. Con un poco de ayuda adicional, su hijo también puede tener control emocional.
¿Qué otros tratamientos hay disponibles? ¿Qué puede esperar a continuación?
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Un terapeuta realiza este tipo de tratamiento. El objetivo es que el niño reconozca sus pensamientos y sentimientos y cambie los que afectan negativamente al comportamiento. Al identificar los patrones y las reacciones, un niño enfadado puede aprender a responder de forma diferente.
2. Entrenamiento para el manejo de los padres (PMT) para la terapia de conducta
Esto es similar a la TCC pero enseña a los padres cómo responder a su hijo de forma positiva. Se centra en el refuerzo positivo, que también es una gran manera de construir la relación entre padres e hijos.
Interesantemente, esta terapia involucra algunos de los métodos anteriormente mencionados. A los niños se les enseña la regulación de las emociones y la TCC, mientras que los padres se centran en ser buenos modelos de conducta.
Hay otros componentes clave, como:
Publicidad- Educación
- Refuerzo positivo
- Ignorar la conducta negativa
- Por ejemplo, la educación de los niños.
- Recompensas
- Establecer normas
- Permitir consecuencias
Puedes marcar la diferencia hoy
Tienes una lista de tratamientos, pero ¿cómo se ponen en marcha? Cómo se ve en la vida cotidiana? Puede empezar hoy mismo enseñando a su hijo:
- Tiempo de enfriamiento autoimpuesto (SICOT): los niños cierran los ojos, apoyan la cabeza en el escritorio o en las manos y se centran en calmarse.
- La ira en sí no es mala. Todo el mundo se enfada.
- Lo que le ocurre a tu cuerpo cuando te enfadas
- Cómo influyen los pensamientos en nuestras acciones
- Técnicas de autocalmación, como contar hacia atrás, ejercicios de respiración, relajar los músculos de la cara y el cuello y aflojar los puños
- Autoconciencia y desencadenantes
- Frases clave como: «Estoy frustrado/enfadado/irritado porque…». «Estoy respirando tranquilo»
¿Es apropiado el castigo?
Estaría bien que hubiera una solución permanente y que un niño enfadado no volviera a ser un problema. Por supuesto, ese no es el caso, y su hijo seguirá cometiendo errores. Incluso los adultos no manejan bien su ira a veces, por muy buenas intenciones que tengan normalmente.
Tendrás que decidir cuándo y qué forma de castigo es necesaria. Tenga en cuenta que, a veces, el castigo puede producir el efecto contrario.
Aquí tiene algunas formas de asegurarse de que está causando un impacto positivo, sea cual sea la ruta que decida tomar:
- Manténgase motivado por el deseo de ayudar.
- Muéstrele a su hijo que sus sentimientos son válidos.
- Da ejemplos de formas aceptables de manejar la situación.
- Utiliza muchos refuerzos positivos y elógialos cuando manejen bien una situación.
- Evita las circunstancias tentadoras o problemáticas cuando sea posible.
- Utiliza la atención, el afecto y el tacto para fortalecer a tu hijo.
- No menosprecies a tu hijo. En lugar de ello, concéntrese en los puntos fuertes.
- Establezca límites claros. Tenga reglas en el hogar que se espera que todos sigan.
Cosas importantes para recordar como padre
Recuerde que usted quiere a su hijo más que nadie. Desea que su hijo tenga éxito y lleve una vida sana. Sea un modelo positivo y muestre paciencia mientras su hijo navega por las emociones. Independientemente de la gravedad del enfado, usted puede ayudar a su hijo enfadado a alcanzar objetivos realistas, y la ayuda siempre está disponible cuando la necesite.
Saber es la mitad de la batalla, así que ármese de conocimientos. Estarás más preparado, más confiado y podrás soportar mejor las tormentas.
Más consejos sobre cómo lidiar con un niño enfadado
- Cómo enseñar a tu hijo sobre las emociones y los sentimientos
- Guía de expertos para lidiar con las rabietas de los niños pequeños
- Cómo ayudar a tu hijo con problemas de conducta
Crédito de la foto principal: Alexander Dummer vía unsplash.com
Referencia
^ Medicina de Yale: Ira, irritabilidad y agresividad en los niños ^ Instituto de la Mente Infantil: ¿Es normal el enfado de mi hijo? ^ Instituto Nacional de Salud Mental: Trastorno de Desregulación del Estado de Ánimo Disruptivo ^ Toma de conciencia del TDAH y la ira: Lo que hay que saber Centro de Control de Enfermedades: Signos y síntomas del trastorno del espectro autista ^ Diarios de la Salvia: Teoría del aprendizaje social ^ Mayo Clinic: Manejo de la ira: 10 consejos para domar la ira ^ PBS: Cinco estrategias para ayudar a los niños a resolver conflictos ^ NCBI: El programa de ejercicio aeróbico reduce la expresión de la ira entre los niños con sobrepeso ^ Centro de Control de Enfermedades: Terapia conductual ^ Instituto de Desarrollo Infantil: Manejo de la ira para niños y padres
Los niños que se expresan de esta manera están mostrando un comportamiento típico de la infancia y normalmente se autocorrigen con orientación y ayuda.
A veces, la situación se complica porque la ira es un síntoma de un problema más grave. Esto requiere esfuerzos más diligentes y posiblemente la ayuda de un profesional.
¿Cuándo es extrema la ira?
Es posible que necesite más ayuda si su hijo lucha con cualquiera de los siguientes:
Estos son signos de que la ira está fuera de control y podrían apuntar a un problema subyacente.
¿Cuáles son las fuentes comunes de la ira?
Puede ser tanto frustrante como aterrador darse cuenta de que su hijo puede tener un problema de ira. Usted quiere respuestas para poder ayudar a su hijo. Esta lista no es exhaustiva, pero proporciona un buen punto de partida. Todos ellos son comunes y pueden causar una ira inexplicable o extrema en su hijo.
1. Trastorno de Disregulación del Estado de Ánimo Disruptivo (DMDD)
Este trastorno es relativamente nuevo, por lo que no se sabe con certeza lo extendido que está. Sin embargo, hay cosas específicas que hay que buscar.
El DMDD se diagnostica con mayor frecuencia entre los seis y los diez años.
2. TDAH
Los niños con TDAH pueden ser más propensos a luchar contra la ira. Tienden a ser más sensibles e impulsivos, lo que hace que sus emociones sean más difíciles de controlar. Las frustraciones de la escuela o de otros niños pueden acumularse y hacer que un estallido parezca repentino e inapropiado. Puede ser difícil para ellos frenar mental y físicamente y es aún más difícil hacerlo cuando están bajo presión o estresados.
3. Trastorno del Espectro Autista (TEA)
La agresividad es un síntoma común del TEA y a menudo toma la forma de autolesiones, rabietas, impulsividad y estados de ánimo irracionales. Los niños del espectro tienen dificultades con la interacción social y los límites.
4. Entorno
Un niño que se enfrenta a un trauma o a un entorno poco saludable será más propenso a actuar de forma agresiva. Esto puede ser difícil de reconocer para los padres, pero a veces los niños aprenden la ira en casa. O tal vez estén lidiando con algo traumático. Lo importante es identificar el problema y trabajar en familia para solucionarlo. Es mejor buscar ayuda desde el principio, para poder establecer buenos hábitos.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a superar la ira?
Tal vez te preguntes: «¿Y ahora qué?». Con tanta información disponible, puede ser difícil averiguar qué es lo mejor para su familia y para lidiar con su hijo enojado. Las rabietas pueden ser perturbadoras y difíciles de manejar, incluso si sólo duran unos pocos años.
Si su hijo ha sido diagnosticado con un trastorno, es posible que sienta una mezcla de pena y alivio. El proceso puede ser abrumador. A menudo significa hacer grandes cambios en la vida mientras la familia se adapta. Puede llevar tiempo encontrar la «nueva normalidad»
La buena noticia es que encontrar respuestas y saber a qué te enfrentas puede ayudarte a seguir adelante. Esos primeros pasos te hacen sentir bien porque sabes que vas en la dirección correcta.
Afortunadamente, hay muchas maneras en las que un niño puede aprender habilidades para controlar la ira. Con tiempo y dedicación, su hijo puede aprender técnicas específicas que le ayudarán a procesar las emociones. Cuáles son algunos de esos métodos?
1. Regulación de las emociones
La regulación de las emociones es la capacidad de controlar cuándo y cómo se tienen las emociones y saber qué hacer con ellas. Es un hito importante en el desarrollo del niño, y los padres juegan un papel crucial. ¿Cómo?
La omisión es la mejor manera de que los niños aprendan a regular sus emociones. Los niños aprenden a regular sus emociones observando a quienes les rodean. Puedes mostrar a tu hijo enfadado cómo manejar sus sentimientos siendo un buen modelo a seguir.
Puede ser difícil mantener la calma en el calor del momento. Aquí tienes algunos consejos para conseguir controlar tu ira:
2. Estrategias de comunicación
La comunicación efectiva es clave para las relaciones. Los niños se esfuerzan por encontrar las palabras adecuadas para transmitir lo que piensan.
Puede ayudar a su hijo a aprender buenas habilidades de comunicación:
3. Resolución de conflictos
Saber cómo resolver conflictos es una habilidad invaluable. Los niños pueden empezar a aprenderla a una edad temprana. Esté atento a las oportunidades para enseñar a su hijo a manejar esas situaciones estresantes.
Un ejemplo sería cuando escuche que se produce una discusión. Intervenga para guiar el proceso pero tenga cuidado de no dar las respuestas. Escuche ambos lados de la historia y dé a cada persona la oportunidad de llegar a una resolución. Otra forma es intentar convertirlo en un juego para ayudar a que sea memorable y divertido, lo que puede ayudar a tu hijo enfadado a calmarse.
4. El método del semáforo
Este método ayuda a un niño enfadado a aprender a calmarse por sí mismo. Practíquelo cuando esté relajado, para que pueda recordar el proceso cuando esté estresado.