Las rupturas de amistad pueden ser a menudo más dolorosas que una con una persona importante. Las amistades juegan un papel vital a lo largo de nuestras vidas. En la infancia, los amigos funcionan como compañeros de juego con aficiones o intereses comunes. Durante la adolescencia, las amistades tienden a profundizarse a medida que conectamos con personas a las que nos sentimos cómodos contando nuestros pensamientos y secretos. Cuando nos convertimos en adultos, las amistades se vuelven aún más sagradas.
Una amistad es una relación mutua de confianza, afecto y apoyo entre dos personas se vuelve cada vez más importante para nuestra salud y felicidad. Mientras que algunas amistades vienen y se van sin dejar malos sentimientos, otras son más difíciles de superar.
Valida tus sentimientos
Naturalmente, el fin de una amistad provoca un torbellino de emociones como la confusión, la ira y la tristeza. Antes de poder seguir adelante tras el fin de una amistad, necesitas tiempo para procesar la situación. Al igual que las rupturas románticas, las rupturas de amistad pueden ser complicadas. Es posible que te preguntes en qué se equivocó todo y qué podrías haber hecho para cambiar las cosas. Poner en orden tus emociones es el primer paso para sanar. Además, recuerda que está bien llorar la pérdida de una amistad. Aunque pueda parecer una tontería llorar la pérdida de un amigo, el duelo es a menudo una forma eficaz de superar una ruptura difícil.
No juegues al juego de las culpas
Es fácil culpar a los demás por el fracaso de una amistad. Tal vez sientas que tu ex amigo no se comunicó lo suficientemente bien o no fue totalmente honesto contigo. Independientemente de cómo hayan ido las cosas, evita jugar al juego de la culpa. Analiza la situación desde una tercera parte objetiva y ve cómo cada parte puede haber desempeñado un papel en la desaparición de la amistad. Mantener la rabia, la culpa o el resentimiento puede hacer que te sientas atrapado en una relación fallida y evitar que sigas adelante.
Tómate tiempo para ti
Después de que una amistad termine, algunas personas se ponen a buscar un nuevo amigo de inmediato. Aunque crear nuevas amistades es saludable para tu bienestar, no tengas prisa por hacer nuevos amigos. En su lugar, dedica un poco de tiempo a conocerte a ti mismo y a saber qué es lo que realmente quieres en un amigo. También es posible que quieras centrarte en tus necesidades personales antes de centrarte en las de otra persona. Tal vez hayas dejado de lado tus objetivos, como perder 20 libras o trabajar para liberarte de las deudas. Tómate este tiempo para planificar y trabajar en tus objetivos para que luego puedas entrar en una nueva amistad sintiéndote feliz y confiado.
Escribe una carta de despedida
A veces escribir tus sentimientos es más fácil que decirlos en voz alta. Siéntate en un lugar tranquilo donde no te molesten. Escribe una carta de despedida a tu amigo, diciendo todas las cosas que no pudiste decir en persona.
Expresa cómo te sientes sobre el final de la amistad y los problemas en el camino que llevaron a la ruptura final. No te preocupes: puedes ser completamente sincero, ya que tu amigo nunca leerá la carta. Una vez que te hayas desahogado en el papel, tritura o quema la carta. Deshacerte de la carta debe simbolizar dejar ir la amistad para siempre.
No esperes una disculpa
Si tu amistad terminó porque la persona te trató mal, fue deshonesta o te traicionó de alguna manera, puedes sentir que se te debe una disculpa. Si bien esto puede ser cierto, no espere a que le digan «lo siento», ya que es probable que no lo haga. Esperar a que admita su culpa sólo retrasa el fin de la amistad, dejando que se hunda en su amargura mientras tanto. Si la disculpa nunca llega, probablemente te sentirás más herido que antes. Sé la persona más grande y pasa de la situación, con o sin disculpas.
Busca apoyo en otra parte
El fin de una amistad puede dejarte deprimido o incluso deprimido. No pases por ello solo. Busca apoyo y comprensión en otras fuentes. Acércate a familiares u otros amigos que te ayuden a recordar en qué consiste ser un verdadero amigo. Si no tienes a nadie cercano a quien recurrir, busca la ayuda de un entrenador de vida o un terapeuta. Estos profesionales capacitados tienen experiencia en el tratamiento de las rupturas de amistad y por lo general pueden ayudarle a sanar y seguir adelante.
Corte toda la comunicación
Mantener a alguien en su vida que claramente no quiere estar allí sólo prolonga el dolor. Después de que una amistad haya terminado, haz todo lo posible por cortar a esa persona de tu vida. Aunque no hay necesidad de ser grosero o irrespetuoso si se cruzan, no es necesario salir de su camino para saludar o charlar. Recuerda que mantener una línea de comunicación abierta probablemente sólo conducirá a más dolor, especialmente si tú o tu amigo decidís arremeter. Elimina a esa persona de tu teléfono y de tus cuentas en las redes sociales, eliminándola esencialmente de tu vida.
Saber que estás mejor
Aunque perder a un buen amigo duele, considera la posibilidad de que estás mejor. Mientras que algunas amistades terminan debido a la distancia o a la falta de intereses comunes al envejecer, otras pueden terminar debido a la deshonestidad o a la negatividad. Si se trata de esto último, normalmente estarás mejor sin esa persona en tu vida. Piensa en el impacto que la relación ha tenido en tu vida hasta ahora y en cómo separarte de la negatividad te beneficiará a largo plazo. No todo el mundo se lleva bien con ciertas personalidades y eso está bien. Es importante afrontar que no va a funcionar y seguir adelante.
Reflexiona sobre lo que has aprendido
En lugar de ver la amistad perdida como algo negativo en tu vida, considérala una experiencia de aprendizaje. Reflexiona sobre lo que has aprendido del final de la amistad y lo que puedes hacer de forma diferente en el futuro para evitar problemas similares. Utiliza la situación para crecer y convertirte en una mejor persona y amigo.
Las rupturas de amistad pueden ser confusas y dolorosas. Afortunadamente, hay formas de seguir adelante con una amistad fallida sin cargar con el daño y el dolor. Si es necesario, tómate un tiempo para llorar el final de la relación, pero también para celebrar los nuevos comienzos.
Afrontar la pérdida de un buen amigo puede ser un reto, pero la experiencia acabará haciéndote más fuerte.