Los científicos contemporáneos piensan que la vida era bastante buena para los Antiguos, especialmente durante este segundo período.
¿Por qué, entonces, acabaron abandonando su magnífica arquitectura y sus hogares permanentes para emigrar cientos de kilómetros y aparentemente perder sus identidades culturales en Hopiland, Zuni y los pueblos del Alto Río Grande?
Además de las teorías de la sequía y los enemigos merodeadores, los científicos sugieren que cosas como las malas condiciones de salubridad, las plagas y la degradación del medio ambiente pueden haber provocado el traslado de los anasazi. Si esas otras explicaciones exigen un mayor esfuerzo de imaginación, hay otra más sobre la que reflexionar: las comunidades anasazi pueden haber crecido más de lo que la cultura podía soportar. El estrés y las luchas internas, junto con los factores externos, podrían haber hecho la vida demasiado incómoda.
Las historias orales de los pueblos Hopi, Zuni y Pueblo, así como los hallazgos científicos, sugieren que el éxodo de lugares como Chaco y Mesa Verde puede haber sido familia por familia o clan por clan, y puede haber ocurrido durante más de cien años.