La primera preocupación de un profesional al detectar una masa ovárica en la imagen de una paciente suele ser determinar qué tipo de masa es y el posible impacto en la salud de la paciente. La primera preocupación de su paciente, sin embargo, suele ser saber si esa masa significa o no un cáncer.
Entender los quistes ováricos complejos y poder diferenciarlos de los quistes ováricos simples es primordial para los médicos y ginecólogos. Ser capaz de explicar el riesgo de cáncer de ovario de forma directa y tranquilizadora para sus pacientes preocupadas es igualmente crucial.
Con la ayuda de un número creciente de herramientas de imagen y modelado, los profesionales sanitarios están ahora mejor equipados que nunca para tratar los quistes y masas ováricas y determinar la probabilidad de que deriven en un cáncer.
Quistes ováricos simples frente a quistes ováricos complejos
Los quistes ováricos son sacos que se desarrollan en o sobre el ovario. Hay dos tipos principales de quistes: quistes ováricos simples y quistes ováricos complejos. Los quistes ováricos simples son sacos llenos de líquido y son bastante comunes tanto en mujeres premenopáusicas como posmenopáusicas. Estos sacos no suelen provocar cáncer ni aumentar el riesgo de padecerlo, y muchos quistes ováricos simples desaparecen por sí solos sin tratamiento. De hecho, un estudio reciente estimó que menos de una de cada 1.000 mujeres con un simple quiste ovárico desarrollaría un cáncer de ovario.
A diferencia de los quistes simples, los quistes ováricos complejos son masas sólidas o irregulares. Los tipos de masas complejas incluyen endometriomas, dermoides y cistadenomas. Las masas complejas tampoco tienen por qué derivar en un cáncer. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. calcula que entre el 5 y el 10 por ciento de las mujeres se someten a una intervención quirúrgica para extirpar un quiste ovárico, pero sólo entre el 13 y el 21 por ciento de ellos son cancerosos. Los ginecólogos pueden utilizar la tecnología de ultrasonidos para distinguir entre estos diferentes tipos de masas ováricas.
Reglas para identificar las masas ováricas
La ecografía transvaginal, especialmente la ecografía 3D, puede ayudar a los médicos a diferenciar entre los quistes simples benignos y las masas ováricas complejas potencialmente cancerosas. Por ejemplo, los quistes que contienen estructuras papilares, áreas sólidas y una mayor vascularidad tienen más probabilidades de ser malignos. Sin embargo, a los médicos les puede resultar difícil diferenciar entre algunas masas ováricas complejas y simples.
El modelo de Análisis Internacional de Tumores Ováricos (IOTA) intenta aclarar estas diferencias proporcionando a los profesionales unas directrices específicas. Las «Reglas Simples» del grupo IOTA son un sistema de clasificación preoperatoria para los tumores de ovario que describe cinco características comunes de los tumores benignos y cinco características comunes de los tumores malignos. Algunos ecógrafos, como los de la serie Voluson™ de GE, disponen de estos protocolos de la IOTA a bordo, lo que facilita aún más la evaluación de las masas ováricas a los médicos.
Un conjunto creciente de investigaciones sugiere que el uso de estas reglas también tiene el potencial de mejorar la atención a las mujeres con masas ováricas. Por ejemplo, un meta-análisis de estudios previamente publicados encontró que las reglas de IOTA podrían aplicarse hasta en el 89 por ciento de los tumores, lo que podría ser transformador para la precisión del diagnóstico del cáncer de ovario. Además, un estudio prospectivo de casos y controles de 50 pacientes concluyó que la sensibilidad para la detección de malignidad en los casos en los que se aplicaban las pautas de la IOTA era de más del 91 por ciento, con una especificidad de más del 84 por ciento y una precisión de más del 86 por ciento.
Utilizar las pautas de ecografía de la IOTA puede ayudar a los ginecólogos a realizar llamadas críticas para diferenciar entre los tipos de quistes ováricos. Tranquilice a sus pacientes diciéndoles que encontrar un quiste ovárico no tiene por qué ser una causa de estrés, y que el diagnóstico y el tratamiento pueden ser más sencillos y rutinarios de lo que piensan.