¿Cuál es una meta que te gustaría cumplir? Lo más probable es que no tengas ningún problema en nombrarlo, así que ¿qué te impide conseguirlo?
La vida tiene la desagradable costumbre de interrumpir los planes mejor trazados, pero la mayoría de las veces es nuestra propia mente la que se interpone en nuestros objetivos. Nos inventamos una letanía de excusas para explicar por qué esos objetivos no se tachan de nuestras listas, y nos convertimos en nuestros peores enemigos.
Deja que esto acabe con todo eso.
Aquí tienes unas cuantas sugerencias -y una dosis de amor duro- de los ponentes de TED para ayudarte a alcanzar tus objetivos.
1. Define tus miedos en lugar de tus objetivos.
Piensa en lo que estás posponiendo para el «momento adecuado». Qué es lo que te frena? A qué le tienes miedo? Escribe las peores cosas que podrían pasar si fracasas, sugiere el inversor y autor Tim Ferriss. Luego piensa en lo que harás si suceden y en cómo podrías evitarlas.
Tim llama a esto «establecer el miedo», una práctica que puede ayudarte a romper el ciclo de autoparálisis. «Puedo rastrear todas mis mayores victorias y mis mayores desastres evitados a la fijación del miedo», dice.
Prohíbe la palabra «bien».
¿Por qué tus objetivos están en un segundo plano? Tal vez por la palabra con «F»: «bien», dice el orador motivacional Mel Robbins. Esa sucia palabra te adormece pensando que las situaciones mediocres -sentirse insatisfecho en el trabajo, cargar con 15 kilos de más, tener una relación aburrida- son lo suficientemente buenas como para que puedas postergar el esfuerzo por cambiarlas.
Considere esto como su llamada de atención: es hora de dejar de conformarse con «bien» y poner la vista en «bueno» o «genial» en su lugar.
Afronte sus obstáculos con curiosidad.
Puede que a veces se encuentre desviado por una vocecita que le pregunta: «¿No sería más divertido ver Netflix durante las próximas seis horas?». Ese no es un sentimiento contra el que luchar: es un sentimiento que hay que examinar. La curiosidad es tu mejor arma contra la distracción, dice el psiquiatra Judson Brewer.
Cuando te encuentres procrastinando, mira lo que pasa por tu mente. ¿Está aburrido? ¿Tienes miedo? ¿Frustrado? Esa percepción puede ayudarte a averiguar qué necesitas resolver para volver a la pista.
Abraza tus victorias cercanas.
Detrás de cada triunfo, hay innumerables casi victorias – esas veces en las que te acercas al éxito pero no llegas a él. Esos momentos son valiosos, dice la historiadora Sarah Lewis. Te muestran lo que ha funcionado y lo que puedes mejorar, y te dan la oportunidad de iterar.
«El dominio no es un compromiso con una meta, sino una búsqueda constante», dice. Al aceptar las victorias cercanas, puedes impulsarte para lograr más de lo que nunca imaginaste.