Varias empresas de pruebas genéticas directas al consumidor informan de la cantidad de ADN que una persona ha heredado de los humanos prehistóricos, como los neandertales y los denisovanos. Esta información se presenta generalmente como un porcentaje que sugiere la cantidad de ADN que un individuo ha heredado de estos antepasados. El porcentaje de ADN neandertal en los humanos modernos es nulo o casi nulo en las personas procedentes de poblaciones africanas, y es de entre el 1 y el 2 por ciento en las personas de origen europeo o asiático. El porcentaje de ADN denisovano es más alto en la población melanesia (entre el 4 y el 6 por ciento), más bajo en otras poblaciones del sudeste asiático y de las islas del Pacífico, y muy bajo o indetectable en el resto del mundo.
Los neandertales fueron humanos muy primitivos (arcaicos) que vivieron en Europa y Asia occidental desde hace unos 400.000 años hasta que se extinguieron hace unos 40.000 años. Los denisovanos son otra población de humanos primitivos que vivieron en Asia y estaban emparentados con los neandertales. (Se sabe mucho menos sobre los denisovanos porque los científicos han descubierto menos fósiles de estos antiguos pueblos). La relación exacta entre los humanos modernos, los neandertales y los denisovanos sigue siendo objeto de estudio. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que los humanos modernos se solaparon con las poblaciones de neandertales y denisovanos durante un periodo, y que tuvieron hijos juntos (se cruzaron). Como resultado, muchas personas que viven hoy en día tienen una pequeña cantidad de material genético de estos lejanos antepasados.
Los científicos han secuenciado los genomas de neandertales y denisovanos de fósiles descubiertos en Europa y Asia. Esta información genética está ayudando a los investigadores a conocer mejor a estos primeros humanos. Determinar qué áreas del genoma se comparten con los humanos arcaicos, y qué áreas son diferentes, también ayudará a los investigadores a averiguar qué diferencia a los humanos modernos de nuestros parientes extintos más cercanos.
Además del porcentaje de ADN neandertal o denisovano, los informes de las pruebas directas al consumidor pueden incluir información sobre algunas variantes genéticas heredadas de estos antepasados que influyen en rasgos específicos. Los estudios han sugerido que ciertas variaciones genéticas heredadas de los humanos arcaicos pueden desempeñar un papel en la textura del cabello, la altura, la sensibilidad del sentido del olfato, las respuestas inmunológicas, las adaptaciones a la altitud y otras características en los humanos modernos. Estas variaciones también pueden influir en el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Sin embargo, la importancia de las variantes genéticas neandertales o denisovanas en el riesgo de enfermedad sigue siendo un área de estudio activo, y la mayoría de los resultados de las pruebas directas al consumidor no las incluyen actualmente.
Aunque saber cuánto ADN tiene una persona en común con sus antepasados neandertales o denisovanos puede ser interesante, estos datos no proporcionan información práctica sobre la salud actual de una persona o las posibilidades de desarrollar enfermedades concretas. Tener más o menos ADN en común con los humanos arcaicos no dice nada sobre lo «evolucionada» que está una persona, ni da ningún indicio de fuerza o inteligencia. Por ahora, saber qué variantes genéticas específicas heredó una persona de sus antepasados neandertales o denisovanos sólo proporciona información limitada sobre unos pocos rasgos físicos.
Artículos de revistas científicas para leer más
Pääbo S. The diverse origins of the human gene pool. Nat Rev Genet. 2015 Jun;16(6):313-4. doi: 10.1038/nrg3954. PubMed: 25982166.