Una familia lingüística es una agrupación de lenguas vinculadas lingüísticamente, que provienen de una lengua madre ancestral común llamada protolengua.
La mayoría de las lenguas del mundo pertenecen a una familia específica. Las lenguas que no tienen relación demostrable con otras, y que no pueden clasificarse dentro de una familia específica, se conocen generalmente como lenguas aisladas.
Las lenguas criollas son las únicas que no son ni aisladas, ni miembros de una familia lingüística. Forman su propio tipo de lenguas.
Vínculos genéticos
Si comparamos, por ejemplo, el francés, el español, el portugués, el italiano, el rumano, descubrimos un sorprendente conjunto de semejanzas, que dan a estas lenguas un «parecido de familia». Esta «semejanza familiar» no aparece al comparar el francés con el alemán. Pero si se compara el alemán con el inglés, el holandés, el sueco o el danés, se encuentra otro «parecido de familia» entre estas lenguas.
La idea básica es que esas lenguas se parecen porque todas ellas son evoluciones diferentes, «descendientes» de una misma lengua anterior (también llamada «protolengua»), que ya no existe. Conocemos el origen común (el latín) de las cinco lenguas que mencionamos primero, llamadas lenguas romances, mientras que no tenemos ningún documento escrito en la antigua lengua de las cuatro lenguas a las que nos referimos después, llamadas lenguas germánicas, pero podemos pensar razonablemente que existió. Los lingüistas consiguen establecer clasificaciones genéticas comparando las lenguas e intentando definir reglas constantes sobre sus similitudes (y diferencias). Este método se denomina lingüística comparativa. La clasificación de las lenguas en grupos de lenguas se llama clasificación genética: dos lenguas que pertenecen al mismo grupo están genéticamente relacionadas.
Semejanzas engañosas
Sin embargo, hay que prestar atención. Los parecidos entre dos o varias lenguas pueden provenir de su relación genética (las formas parecidas provienen de una forma anterior común) pero también pueden tener otros orígenes:
– préstamos : el hecho de que la palabra francesa tomate se parezca a la palabra azteca tomatl no demuestra que estas dos lenguas estén conectadas, sino que han estado en contacto. El nombre que se le da a una nueva planta traída a Europa es el nombre que la gente de su tierra natal le había dado. Por lo tanto, el francés «tomó prestada» una palabra de otra lengua y la adaptó a su vocabulario.
– al azar : las lenguas tienen sistemas de sonidos limitados para expresar miles de nociones complejas. Si elegimos al azar dos lenguas habladas lejos una de la otra, siempre encontramos 3 o 4 palabras que se parecen, en su forma y en su significado.
Por lo tanto, se puede hablar de una relación genética sólo si se encuentra un conjunto convergente de parecidos, incluso parciales, en lugar de un parecido llamativo pero aislado.
Muchas familias, grandes familias
Así como existen lenguas «hermanas», procedentes de una lengua común hablada hace 1000 o 2000 años, se pueden imaginar lenguas «primas» procedentes de lenguas más antiguas. En el siglo XIX, poniendo de relieve las similitudes sistemáticas y convergentes, algunos lingüistas demostraron la existencia de una gran familia indoeuropea, la primera familia lingüística identificada, que incluye las lenguas románicas, las germánicas, las eslavas, el griego y otras (véase la página sobre la familia indoeuropea). Y si las similitudes entre el francés y el ruso le sorprenden, ¡intente comparar el francés con el nepalí, o el pachtoun con el kurdo! Sin embargo, son lenguas indoeuropeas. Pertenecer a la misma familia no garantiza una similitud evidente, ni un nivel de comprensión estándar entre los hablantes de estas lenguas.
Lista de ejemplos indoeuropeos
Algún grupo de lenguas puede tener muchas divisiones internas. Estas divisiones se denominan a veces «familias» o «subfamilias», lo que puede crear cierta confusión. Se pueden utilizar varios términos para hablar de las divisiones internas, subdivisiones, subsubdivisiones, etc. Por el momento, no existe un verdadero consenso sobre su designación; se les llama «grupo, ramas, subgrupos, etc.». Cuando una familia reúne un gran número de lenguas y divisiones internas, a veces se habla de «superfamilia» o «macrofamilia». Es el caso de la familia Níger-Congo, que se dice que contiene entre 1300 y 1500 lenguas (las cifras varían según las fuentes), y representa entre una quinta y una cuarta parte de todas las lenguas del mundo.
Es posible agrupar en una misma familia lenguas muy distantes geográficamente o incluso habladas en continentes diferentes. Por ejemplo, la familia esquimal-aleutiana agrupa lenguas habladas en el este de Siberia y al otro lado del océano Pacífico, en Alaska, que están separadas por miles de kilómetros de océano. De hecho, las lenguas esquimal-aleutianas se encuentran en el extremo norte de América, desde la costa del Pacífico hasta la del Atlántico, e incluso en Groenlandia. Del mismo modo, las lenguas de la familia austronesia se hablan en todo el Pacífico Sur, en el sudeste asiático e incluso en Madagascar, frente al continente africano.
Por otro lado, algunas regiones del mundo muestran una diversidad muy grande y una gran complejidad en la reunión genética de las lenguas. Por ejemplo, aunque en Europa hay tres familias de lenguas, todo el continente americano contiene la mitad de las familias de lenguas nativas del planeta, aunque estas 400 lenguas tienen unos 25 millones de hablantes nativos. Muchas familias de lenguas amerindias contienen menos de 15 lenguas. Papúa-Nueva Guinea (e Irian Jaya) tiene entre 600 y 800 lenguas, reunidas en una veintena de familias para un territorio dos veces más grande que Francia. Hay que señalar que tales diversidades se deben en parte al «aislamiento» de algunos pueblos, pero también a la falta de información sobre estas lenguas, lo que dificulta su clasificación, como veremos más adelante.
En este sitio web, mostramos unas 120 familias lingüísticas. Hay que subrayar que no hay consenso sobre este número. No pretendemos que las clasificaciones aquí expuestas sean definitivas o exhaustivas. La clasificación de las lenguas es una fuente de debate permanente entre los lingüistas, por diferentes razones que explicaremos más adelante, y por eso el número de familias, sus denominaciones y sus composiciones pueden variar de una fuente a otra. Lo que aquí presentamos es sólo un inventario de elementos del conocimiento actual, el más reciente y el más consensuado posible. Cuando hay serias dudas sobre la clasificación de una o varias lenguas en una misma familia, decidimos presentarla por separado, con más cautela, pero estas clasificaciones podrían cambiar en el futuro.
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