Es probable que se refiera a un estudio que informa de que hasta el 60 por ciento de los estadounidenses están expuestos diariamente a una sustancia química llamada 4-metilimidazol (4-MEI). Este compuesto se forma durante la fabricación de algunos colores de caramelo que se utilizan para oscurecer las bebidas de cola y otros refrescos y se considera potencialmente cancerígeno. El alcance de la exposición de tantas personas al 4-MEI fue calculado por investigadores del Johns Hopkins Center for a Livable Future (CLF) después de que Consumer Reports publicara en 2014 un análisis de las concentraciones de 4-MEI en 11 refrescos diferentes. El CLF informó de que entre el 44 y el 58 por ciento de las personas en Estados Unidos mayores de seis años suelen beber al menos una lata de refresco al día y, por lo tanto, tienen una exposición regular al 4-MEI.
Esta exposición fue caracterizada como un «riesgo de cáncer evitable e innecesario», ya que el color caramelo se utiliza sólo con fines estéticos.
Consumer Reports publicó su análisis de 11 refrescos diferentes mientras colaboraba con la CLF para determinar las concentraciones de 4-MEI en los productos comprados en las tiendas minoristas de California y el área metropolitana de Nueva York. Lamentablemente, según los investigadores, el estudio no era lo suficientemente amplio como para recomendar o sacar conclusiones sobre marcas concretas. Sin embargo, descubrieron que los niveles de 4-MEI variaban sustancialmente entre las muestras, incluso para el mismo tipo de refresco. Tyler Smith, de CLF y autor principal del estudio, dijo que «en el caso de las colas dietéticas, ciertas muestras tenían niveles más altos o variables del compuesto, mientras que otras muestras tenían concentraciones muy bajas».
En 2014, Consumer Reports solicitó a la FDA que estableciera límites en la cantidad de 4-MEI permitida en alimentos y bebidas; en la actualidad, no hay un límite federal. Sin embargo, en California una ley estatal exige que cualquier alimento o bebida que se venda allí debe llevar una etiqueta de advertencia de salud si las cantidades de 4-MEI superan un nivel específico. El estudio también reveló que las muestras de refrescos compradas en California tenían niveles más bajos de 4-MEI que las muestras de las mismas bebidas compradas en otros lugares.
Desde mi punto de vista, los resultados de este estudio se suman a otra razón de peso para evitar los refrescos. Sabemos por investigaciones anteriores que la tasa de síndrome metabólico es un 48 por ciento más alta entre los individuos que beben al menos un refresco diario (dietético o regular) que entre los que no dicen beber refrescos de ningún tipo. Y en 2014, otro estudio de Johns Hopkins demostró que los refrescos de dieta no ayudan a perder peso. De hecho, descubrió que las personas con sobrepeso y obesas que beben refrescos dietéticos compensan sin querer la naturaleza «sin calorías» de estas bebidas ingiriendo más calorías de los alimentos que sus compañeros que consumen bebidas endulzadas con azúcar.
Andrew Weil, M.D.
Fuentes:
Tyler Smith Keeve Nachman et al, «Caramel Color in Soft Drinks and Exposure to 4-methylimidazole: A Quantitative Risk Assessment». PLoS One, doi: 10.1371/journal.pone.0118138.
Sara N. Bleich et al, «Diet-Beverage Consumption and Caloric Intake among US Adults, Overall and by Body Weight,» American Journal of Public Health, doi: 10.2105/AJPH.2013.301556. Epub 2014 Jan 16