La ética de la experimentación con animales
Hasta ahora no se ha descubierto nada que pueda sustituir a las complejas funciones de un sistema vivo, que respira, con estructuras pulmonares y circulatorias como las de los humanos. Hasta que se produzca ese descubrimiento, los animales deben seguir desempeñando un papel fundamental para ayudar a los investigadores a probar la eficacia y seguridad de posibles nuevos fármacos y tratamientos médicos, así como para identificar cualquier efecto secundario no deseado o peligroso, como la infertilidad, los defectos de nacimiento, los daños hepáticos, la toxicidad o el potencial cancerígeno.
Las leyes federales de Estados Unidos exigen que se realicen investigaciones con animales no humanos para demostrar la seguridad y eficacia de los nuevos tratamientos antes de que se permita realizar cualquier investigación con humanos. No sólo los humanos nos beneficiamos de esta investigación y pruebas, sino que cientos de fármacos y tratamientos desarrollados para uso humano se utilizan ahora de forma rutinaria también en las clínicas veterinarias, ayudando a los animales a vivir más tiempo y con más salud.
Es importante destacar que el 95% de todos los animales necesarios para la investigación biomédica en Estados Unidos son roedores -ratas y ratones especialmente criados para su uso en el laboratorio- y que los animales son sólo una parte del proceso más amplio de la investigación biomédica.