Populismo, programa o movimiento político que defiende, o pretende defender, a la persona común, normalmente por contraste favorable con una élite o establecimiento real o percibido. El populismo suele combinar elementos de la izquierda y de la derecha, oponiéndose a los grandes intereses empresariales y financieros, pero también siendo frecuentemente hostil a los partidos socialistas y laboristas establecidos.
William Jennings Bryan: cartel de la campaña presidencial
Cartel de la campaña de las elecciones presidenciales de 1896 en EE.UU de 1896 con el texto del discurso «Cruz de oro» de William Jennings Bryan, litografía en color.
Biblioteca del Congreso, Washington, D.C. (archivo digital no. 3g02112u)
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El término populismo puede designar movimientos democráticos o autoritarios. El populismo es típicamente crítico con la representación política y con cualquier cosa que medie en la relación entre el pueblo y su líder o gobierno. En su forma más democrática, el populismo busca defender los intereses y maximizar el poder de los ciudadanos de a pie, a través de la reforma y no de la revolución. En Estados Unidos el término se aplicó al programa del Movimiento Populista, que dio lugar al Partido Populista o del Pueblo en 1892. Muchas de las demandas del partido se adoptaron posteriormente como leyes o enmiendas constitucionales (por ejemplo, un sistema fiscal progresivo). La demanda populista de democracia directa a través de iniciativas populares y referendos también se hizo realidad en varios estados de Estados Unidos.
Sin embargo, en su comprensión contemporánea, el populismo se asocia más a menudo con una forma autoritaria de la política. La política populista, según esta definición, gira en torno a un líder carismático que apela y pretende encarnar la voluntad del pueblo para consolidar su propio poder. En esta forma de política personalizada, los partidos políticos pierden su importancia, y las elecciones sirven para confirmar la autoridad del líder más que para reflejar las diferentes lealtades del pueblo. Algunas formas de populismo autoritario se han caracterizado por el nacionalismo extremo, el racismo, las conspiraciones y la búsqueda de chivos expiatorios para los grupos marginados, todo lo cual ha servido para consolidar el poder del líder, para distraer la atención pública de sus fracasos o para ocultar al pueblo la naturaleza del gobierno del líder o las verdaderas causas de los problemas económicos o sociales. En la segunda mitad del siglo XX, el populismo llegó a identificarse con el estilo y el programa político de líderes latinoamericanos como Juan Perón, Getúlio Vargas y Hugo Chávez. A principios del siglo XXI, surgieron regímenes autoritarios populistas en Turquía, Polonia y Hungría, entre otros países.
Juan Perón y Eva Perón
Juan Perón y su esposa Eva en Buenos Aires el día de la inauguración (9 de junio de 1952) de su segundo mandato como presidente de Argentina.
Everett Collection/.com
El término populista se utiliza a menudo de forma peyorativa para criticar a un político por complacer el miedo y el entusiasmo de un pueblo. Dependiendo de la visión que se tenga del populismo, un programa económico populista puede significar, por tanto, una plataforma que promueve los intereses de los ciudadanos comunes y del país en su conjunto o una plataforma que busca redistribuir la riqueza para ganar popularidad, sin tener en cuenta las consecuencias para el país, como la inflación o la deuda.
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