La forma más fácil de evaluar la potencia del parto es cronometrar la frecuencia y la duración de las contracciones (desde el comienzo de una hasta el comienzo de la siguiente). La intensidad de las contracciones puede estimarse tocando el útero. El útero relajado o ligeramente contraído suele sentirse tan firme como una mejilla, un útero moderadamente contraído se siente tan firme como la punta de la nariz, y un útero fuertemente contraído es tan firme como la frente.
Tocodinómetro
En el hospital, la forma más común de evaluar la frecuencia y duración de las contracciones es con un tocodinómetro. Este aparato se sujeta en el abdomen, sobre el útero, con un cinturón elástico y contiene un botón que mueve un muelle cuando el útero se contrae. Una señal eléctrica permite entonces registrar la contracción en forma de pico en la pantalla de un ordenador o en el papel del monitor. El tocodinómetro mide la frecuencia y la duración sin medir la intensidad. El uso de este aparato también puede verse limitado por la forma en que se coloca en el útero, el tamaño y la forma del abdomen de la madre y el movimiento del bebé. Los tocodinómetros se suelen utilizar junto con un monitor de frecuencia cardíaca fetal.
Catéter de presión intrauterina (IUPC)
Cuando todavía no hay certeza sobre un patrón de trabajo de parto adecuado, se mide la presión de las contracciones desde el interior del útero con un catéter de presión intrauterina (IUPC). El IUPC consiste en un trozo de tubo blando lleno de líquido que se pasa a través de la vagina y el cuello uterino, hasta el útero. El extremo del catéter se asienta en el líquido amniótico y convierte la presión medida en una señal eléctrica que se traza en el monitor de un ordenador o en un papel. Estas contracciones son similares a las que mide un tocodinómetro. Sin embargo, un IUPC mide la frecuencia, la duración y la intensidad de las contracciones. La fuerza de la contracción se mide desde la línea de base (cuando el útero está relajado) hasta el pico de la contracción y se registra en unidades: una unidad es la cantidad de presión que se necesita para elevar una columna de mercurio un milímetro. Los estudios han sugerido que el valor de 200 unidades de contracciones cada 10 minutos suele ser adecuado para un parto vaginal después de un trabajo de parto espontáneo. La CIP aumenta el riesgo de infección intraamniótica y, por tanto, no se utiliza de forma rutinaria.