En el siglo II d.C., Ireneo distinguió el paraíso del cielo. En Contra las herejías, escribió que sólo aquellos considerados dignos heredarían un hogar en el cielo, mientras que otros disfrutarían del paraíso, y el resto viviría en la Jerusalén restaurada (que fue en su mayor parte una ruina después de las guerras judeo-romanas, pero fue reconstruida a partir de Constantino el Grande en el siglo IV). Orígenes también distinguió el paraíso del cielo, describiendo el paraíso como la «escuela» terrenal para las almas de los muertos justos, preparándolas para su ascenso a través de las esferas celestiales hasta el cielo.
Muchos de los primeros cristianos identificaron el seno de Abraham con el paraíso, donde van las almas de los justos hasta la resurrección de los muertos; otros fueron incoherentes en su identificación del paraíso, como San Agustín, cuyos puntos de vista variaron.
En Lucas 23:43, Jesús tiene una conversación con uno de los crucificados con él, que le pide: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino». Jesús le responde: «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso». Esto se ha interpretado a menudo como que ese mismo día el ladrón y Jesús entrarían en el lugar de descanso intermedio de los muertos que esperaban la Resurrección. Las opiniones divergentes sobre el paraíso, y sobre cuándo se entra en él, pueden haber sido responsables de una diferencia de puntuación en Lucas; por ejemplo, las dos primeras versiones siríacas traducen Lucas 23:43 de forma diferente. Los Evangelios Curetonianos dicen «Hoy os digo que estaréis conmigo en el paraíso», mientras que el Palimpsesto Sinaítico dice «Os digo que hoy estaréis conmigo en el paraíso». Asimismo, los dos primeros códices griegos con puntuación no coinciden: El Codex Vaticanus tiene una marca de pausa (un solo punto en la línea de base) en la tinta original equidistante entre «hoy» y la palabra siguiente (sin correcciones posteriores y sin punto antes de «hoy»), mientras que el Codex Alexandrinus tiene la lectura «hoy en el paraíso». Además, nunca se utiliza un adverbio de tiempo en los otros casi 100 lugares de los Evangelios en los que Jesús utiliza la frase «En verdad os digo».
En el arte cristiano, el cuadro del Juicio Final de Fra Angelico muestra el Paraíso en su parte izquierda. Hay un árbol de la vida (y otro árbol) y una danza en círculo de almas liberadas. En el centro hay un agujero. En el arte musulmán indica de forma similar la presencia del Profeta o de seres divinos. Dice visualmente: «Los que están aquí no pueden ser representados».
Testigos de JehováEditar
Los testigos de Jehová creen, a partir de su interpretación del libro del Génesis, que el propósito original de Dios era, y es, tener la tierra llena de la descendencia de Adán y Eva como cuidadores de un paraíso global. Sin embargo, Adán y Eva se rebelaron contra la soberanía de Dios y fueron desterrados del Jardín del Edén, expulsados del paraíso hacia el trabajo y la miseria.
Los Testigos de Jehová creen que las personas desobedientes y malvadas serán destruidas por Cristo en el Armagedón y los obedientes a Cristo vivirán eternamente en un paraíso terrenal restaurado. Junto a los sobrevivientes estarán los justos e injustos resucitados que murieron antes del Armagedón. Estos últimos son traídos de vuelta porque pagaron por sus pecados con su muerte y/o porque no tuvieron la oportunidad de conocer los requerimientos de Jehová antes de morir. Estos serán juzgados en base a su obediencia después de la resurrección a las instrucciones reveladas en los nuevos «rollos». Ellos creen que la resurrección de los muertos a la tierra paradisíaca es posible por la sangre de Cristo y el sacrificio de rescate. Esta disposición no se aplica a aquellos que Cristo como Juez considera que han pecado contra el espíritu santo de Dios.
Una de las declaraciones de Jesús antes de morir fueron las palabras a un hombre que colgaba a su lado, «estarás conmigo en el Paraíso». La Traducción del Nuevo Mundo coloca una coma después de la palabra ‘hoy’, dividiéndola en dos frases separadas, «te digo hoy» y «estarás conmigo en el Paraíso». Esto difiere de las traducciones estándar de este verso como «Os digo que hoy estaréis conmigo en el Paraíso». Basándose en escrituras como Mateo 12:40, 27:63, Marcos 8:31 y 9:31, los Testigos creen que la expectativa de Jesús de que sería resucitado corporalmente después de tres días excluía que estuviera en el paraíso el mismo día que murió.
MormonismoEditar
En la teología de los Santos de los Últimos Días, el paraíso suele referirse al mundo de los espíritus, el lugar donde éstos habitan tras la muerte y esperan la resurrección. En ese contexto, el «paraíso» es el estado de los justos después de la muerte. Por el contrario, los malvados y los que aún no han aprendido el evangelio de Jesucristo esperan la resurrección en una prisión espiritual. Después de la resurrección universal, todas las personas serán asignadas a un reino particular o grado de gloria. Esto también puede denominarse «paraíso».