Pérgola (Español)

El origen de la palabra es el latín tardío pergula, que se refiere a un alero que sobresale. El término inglés se tomó prestado del italiano. Fue mencionado en un contexto italiano en 1645 por John Evelyn en el claustro de Trinità dei Monti en Roma. Utilizó el término en un contexto inglés en 1654 cuando, en compañía del quinto conde de Pembroke, Evelyn observó la caza de liebres desde una «pérgola» construida en las colinas cerca de Salisbury para ese propósito.

Jardines históricos

La naturaleza claramente artificial de la pérgola hizo que cayera en desgracia en los estilos de jardinería naturalista de los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, las hermosas pérgolas sobre pilares de ladrillo y piedra con potentes vigas transversales fueron una característica de los jardines diseñados a finales del siglo XIX y principios del XX por Sir Edwin Lutyens y Gertrude Jekyll y personifican su marca de estructura firme y exuberantemente plantada. Una pérgola especialmente extensa se encuentra en los jardines de The Hill en Hampstead (Londres), diseñados por Thomas Mawson para su cliente W. H. Lever.

Pérgolas modernasEditar

Los materiales modernos para el diseño de pérgolas, entre los que se incluyen la madera, el vinilo, la fibra de vidrio, el aluminio y el cloruro de polivinilo clorado (CPVC), en lugar de los pilares de ladrillo o piedra, son más asequibles y están aumentando su popularidad. Las pérgolas de madera se fabrican con una madera resistente a la intemperie, como el cedro rojo occidental (Thuja plicata) o, antiguamente, con secuoya costera (Sequoia sempervirens), se pintan o tiñen, o utilizan madera tratada con conservantes para su uso en exteriores. Para una alternativa de bajo mantenimiento a la madera, se puede utilizar vinilo, fibra de vidrio, aluminio y CPVC. Estos materiales no requieren pintura o tinte anualmente como una pérgola de madera y su fabricación puede hacerlos incluso más fuertes y duraderos que una pérgola de madera.