Si eres como yo, tu perro es la niña de tus ojos, y una de las criaturas más queridas del mundo. Puede que la salud ocular de su perro no sea lo primero en lo que piense por la mañana, pero su perro depende de sus ojos tanto como usted. El ojo de cereza en los perros es una condición que no afecta a todos los cachorros, pero puede afectar a la producción de lágrimas y a la salud ocular de cualquier perro.
Los signos del ojo de cereza en los perros son fáciles de detectar; detectado y tratado rápidamente, es posible revertir los efectos perjudiciales. Sin embargo, en los casos graves, su veterinario o un oftalmólogo veterinario pueden tener que realizar una cirugía para evitar problemas oculares a largo plazo. Hablemos del ojo de cereza en los perros y cómo tratarlo!
¿Qué es el ojo de cereza en los perros?
Todos los perros tienen un tercer párpado, también llamado membrana nictitante, así como dos glándulas que producen lágrimas para lubricar sus ojos. La membrana nictitante, situada en el párpado inferior, es una especie de escudo secundario para los ojos. Protege los ojos de los perros del viento, el polvo y otros objetos extraños mientras juegan o trabajan. La membrana nictitante tiene su propia glándula lagrimal. Esta glándula lagrimal produce entre el 35 y el 50 por ciento de la humedad total del ojo de un perro, por lo que es un componente esencial para la salud ocular general de los perros.
El ojo rojo en los perros se produce cuando el tejido conectivo que mantiene la glándula en su lugar es débil, defectuoso o está dañado de alguna manera. La glándula lagrimal de la membrana nictitante se desprende y prolapsa de su pequeño bolsillo y sale de la parte inferior o de la esquina del ojo del perro, normalmente la más cercana a la nariz. Esta protuberancia roja y carnosa de la glándula en la parte inferior del ojo es el principal síntoma y da a la enfermedad su colorido nombre. Si su perro tiene, o ha tenido, ojo de cereza, debe estar especialmente atento. Los casos prolongados o recurrentes de ojo de cereza en los perros pueden conducir a la disminución de la producción de lágrimas y otros problemas oculares.
¿Qué lo causa?
El ojo de cereza en los perros es un trastorno congénito, transmitido de generación en generación. Más allá de la predisposición genética, aún se desconoce qué es lo que lo causa precisamente. Sí sabemos que los ligamentos y tejidos conectivos que sujetan la glándula lagrimal de la membrana nictitante fallan para mantenerla en su sitio, y que el ojo de cereza en perros es más común en ciertas razas.
¿Qué razas son más propensas al ojo de cereza en perros?
Propietarios y futuros propietarios de Basset Hounds, Beagles, Bloodhounds, Boxers, Bulldogs (ingleses y franceses), Cavalier King Charles Spaniels, Cocker Spaniels, Lhasa Apsos, Mastines napolitanos, Terranovas, Pekineses, Caniches (especialmente los miniatura), Pugs, San Bernardos, Shar-Peis, Shih Tzus y terriers (incluidos el Boston Terrier, el Bull Terrier y el West Highland White Terrier) deben ser conscientes del mayor riesgo de ojo de cereza en estas razas.
Las razas con hocicos más cortos, junto con las variedades toy o teacup en general, tienen un mayor riesgo de padecer ojo de cereza en perros. Sin embargo, puede ocurrirle a cualquier perro, y a cualquier edad.
Tratamiento casero para el ojo de cereza en perros
Cogido a tiempo, me he encontrado con muchos relatos en línea sobre el tratamiento exitoso del ojo de cereza en perros con masajes. Usando una combinación de un paño caliente y húmedo y gotas oculares seguras para perros, el método casero de tratamiento implica calmar al perro afligido y masajear suavemente la glándula lagrimal prolapsada de la membrana nictitante hasta que succione de nuevo en su lugar. Sin embargo, aunque esta técnica tenga éxito, no hay garantía de que el ojo de cereza desaparezca para siempre. Puede reaparecer, y un perro que ha tenido ojo de cereza en un ojo tiene un mayor riesgo de que le ocurra también en el otro.
Cuándo ver a un veterinario sobre el ojo de cereza en perros
La apuesta más segura con el ojo de cereza en perros es una visita al veterinario, que puede determinar con precisión la razón específica del ojo de cereza de su perro. Dado que no hay una causa fija, una consulta temprana puede ayudar a asegurar la salud ocular de su perro a largo plazo.
Hay tres opciones quirúrgicas comunes. En el primer caso, el veterinario puede suturar la glándula lagrimal prolapsada en su lugar. En otros casos, el cirujano veterinario puede encontrar que el tejido conectivo es demasiado débil para acoger la glándula correctamente. Para situaciones como estas, el cirujano intentará crear una nueva bolsa o envoltura para mantenerla en su sitio de forma permanente.
La tercera opción era, en años anteriores, la más común, e implicaba la extirpación completa de la glándula lagrimal de los ojos de cereza. La extirpación de la glándula prolapsada es una opción absolutamente de último recurso. La extirpación de la glándula lagrimal afectada requerirá un tratamiento posterior de por vida con lágrimas artificiales para prevenir la sequedad ocular crónica y los problemas secundarios que pueden producirse cuando no hay suficiente producción de lubricación para los ojos de un perro.
Efectos a largo plazo del ojo de cereza en perros
Si no se trata, un perro con ojo de cereza corre un mayor riesgo de sufrir problemas de salud a largo plazo. Cuanto más tiempo esté la glándula prolapsada, mayor será el riesgo de problemas asociados. El flujo sanguíneo adecuado a la glándula está restringido. La glándula puede hincharse cuanto más tiempo esté expuesta. El hecho de rascarse o frotarse el ojo afectado puede irritarlo aún más y crear oportunidades para que se produzcan infecciones bacterianas o víricas secundarias.
En la mayoría de los casos, si se detecta a tiempo, el ojo de cereza en los perros se trata con éxito o se maneja con una asistencia veterinaria mínima, con suerte antes de que su perro necesite cirugía.