Información sobre la seguridad
El triclosán se ha utilizado en productos de consumo durante décadas y ha sido ampliamente revisado y permitido para su uso por las agencias reguladoras de todo el mundo. Una variedad de estudios científicos realizados a lo largo de los años respaldan la seguridad y la eficacia de los ingredientes antibacterianos.
En septiembre de 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) emitió una nueva norma que establece que los productos de lavado antiséptico de consumo de venta libre (jabones antibacterianos) que contienen ingredientes específicos, incluido el triclosán, ya no pueden comercializarse porque los fabricantes no demostraron la eficacia de estos ingredientes en dichos productos. La norma se aplica únicamente a los productos/jabones antisépticos de consumo destinados a ser utilizados como jabón de manos o corporal y no afecta a los desinfectantes de manos o toallitas de consumo, ni a los productos antisépticos utilizados en entornos sanitarios y de manipulación de alimentos.
La FDA también citó la preocupación de que el triclosán pudiera contribuir al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos. Sin embargo, hay una gran cantidad de estudios publicados que constatan que el uso de productos de lavado antibacteriano en el entorno doméstico no contribuye a la resistencia a los antibióticos o a las bacterias.
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) regula el uso del triclosán como pesticida cuando se incorpora a materiales inanimados para proteger el propio artículo o para proporcionar un beneficio para la salud pública. La EPA está actualizando su evaluación de los efectos del triclosán cuando se utiliza en plaguicidas. Ninguno de los usos regulados por la EPA se ve afectado por la norma de la FDA.