Enfermedad del tracto urinario inferior felino (FLUTD)
Cuando ves que tu gato no puede orinar o hace esfuerzos para orinar, sabes que debe estar incómodo. Este esfuerzo suele deberse a una cistitis, también conocida como inflamación de la vejiga. Si alguna vez te han diagnosticado cistitis, puedes simpatizar con tu gato.
Si bien la simple cistitis ya es bastante mala, puede llevar a situaciones más graves y de emergencia como la formación de cálculos en la vejiga o la formación de un tapón uretral, que es una condición que pone en peligro la vida del gato (casi siempre macho) y que hace que se «bloquee» (es decir, que no pueda orinar). Por lo tanto, es importante que busque asistencia verterinaria una vez que note que su gato no puede orinar o tiene problemas para hacerlo.
A qué atenerse
El gato mostrará frecuentes intentos de orinar, produciendo poca o ninguna orina, que suele estar teñida de sangre. En el gato bloqueado pueden aparecer signos más graves. Debido a las diferencias anatómicas, un gato bloqueado es casi siempre macho. El gato suele gritar de dolor y se vuelve progresivamente más letárgico. Esto se debe a que la orina no puede ser vaciada de la vejiga, lo que no sólo hace que el gato esté muy enfermo, sino que puede llegar a ser mortal.
Causa principal
La cistitis, o una infección de la vejiga, suele deberse a una infección bacteriana, un desequilibrio mineral y/o una anomalía en los niveles de pH del gato. Esto contribuye a la formación de cristales minerales microscópicos en la orina, que pueden aumentar de tamaño hasta formar piedras o la arenilla que provoca el tapón uretral.
Cuidados inmediatos
Es poco lo que se puede hacer en casa una vez que se notan los síntomas. Un gato macho siempre debe ser visto INMEDIATAMENTE por un veterinario debido al riesgo de que se forme un tapón uretral. Una gata debe ser vista dentro de las 24 horas, o antes si está mostrando otros síntomas (vómitos, letargo, etc.)
Cuidados veterinarios
Diagnóstico
El examen físico inicial y la discusión de los signos que está viendo permitirá a su veterinario determinar rápidamente si su gato está bloqueado. Una vez determinado esto, se pueden utilizar las siguientes pruebas:
- Análisis de orina (análisis de orina) para confirmar la cistitis
- Cultivo de orina para identificar el agente infeccioso
- Radiografías para comprobar si hay cálculos o arenilla en la vejiga
- Análisis del cálculo o tapón uretral para determinar su composición
Tratamiento
Si su gato tiene una cistitis simple, probablemente se le enviará a casa con antibióticos. En cambio, si hay piedras en la vejiga, será necesario operar. Se requieren varios días de hospitalización si su mascota está bloqueada. Se la sedará y se le colocará una sonda urinaria para poder vaciar la vejiga. La sonda se dejará colocada de 1 a 3 días, junto con una terapia de fluidos intravenosos, para eliminar toda la arenilla del sistema urinario. Después, cuando su gato puede orinar con normalidad, se le envía a casa, normalmente con recetas de antibióticos y antiespasmódicos para ayudar a relajar la uretra.
También hay algunos casos en los que se pueden utilizar antibióticos y un alimento especial recetado para disolver los cálculos.
Otras causas
- Enfermedad renal
- Cistitis idiopática (inflamación de la vejiga de causa desconocida)
- Cáncer
Vida y manejo
Inmediatamente después del tratamiento, observe a su gato durante 4 a 8 semanas por si reaparecen los síntomas. A menudo, se solicita un análisis de orina de seguimiento y un cultivo. Si un gato se obstruye repetidamente, suele recomendarse la cirugía para ampliar el orificio uretral.
Prevención
Una alimentación de buena calidad, beber mucha agua fresca y una caja de arena limpia son las mejores medidas para prevenir la cistitis. Si su gato ha tenido cálculos, se ha «bloqueado» o tiene repetidos ataques de cistitis, se le pondrá un alimento recetado que modificará el contenido de la orina y minimizará el riesgo de recurrencia. Hay varias marcas de este tipo de alimentos, pero si su gato los rechaza todos, existe una medicación que puede modificar el pH de la orina, lo que también puede ayudar a prevenir las recidivas. Sin embargo, ambos métodos suelen requerir un tratamiento de por vida.