Algunas personas lloran con frecuencia, pero no del todo. Se les da bien llorar pero parece que nunca se curan de lo que les duele.
Se supone que llorar es bueno para ti. Las lágrimas contienen toxinas, después de todo. Y en el cuerpo se liberan sustancias químicas que nos hacen sentir bien cada vez que lloramos lágrimas de tristeza.
Entonces, si llorar es tan bueno para ti, ¿por qué algunas personas lloran todo el tiempo y no se sienten mejor?
La autocrítica anula la curación
Recuerdo haber pasado un día entero en la cama, llorando por una ruptura con un joven cuyo nombre y rostro he olvidado.
Para cuando ese día de llanto terminó, yo también lo estaba. Había logrado llorar ese desamor fuera de mi sistema.
Tenga en cuenta que no era alguien que había tenido en mi vida por mucho tiempo. Fue un romance de corta duración que terminó tan rápido como había empezado.
Si la relación hubiera durado más, probablemente habría necesitado múltiples sesiones de llanto para procesar todo el dolor de corazón.
Lo que no hice mientras lloraba fue criticarme a mí misma. En lugar de decir: «Si no fuera tan perdedor, no estaría aquí tumbado llorando», o «¿Cuál es el problema? Apenas le conocía», me regodeaba en mi pérdida todo el día.
Los sentimientos que experimentaba parecían más grandes que esa pérdida en particular. Pero eso no significaba que estuviera exagerando o haciendo una montaña de un grano de arena.
Lo que significaba era que estaba procesando sentimientos más antiguos al mismo tiempo que los nuevos. La ruptura me había brindado la oportunidad de volver a visitar pérdidas anteriores en mi vida.
Esto era algo bueno. Mejor fuera que dentro.
Haz que esas lágrimas cuenten
Nunca juzgues tus sentimientos mientras los tienes; siempre hay una razón por la que algo es un gran problema para ti.
Sigue estos consejos para un llanto genuinamente bueno…
1. Llora por tu propio dolor, no sólo por otras personas. Llorar mientras ves películas y cuando escuchas canciones tristes es una buena forma de desahogar alguna emoción acumulada. Pero puede que no estés lidiando directamente con tus propias heridas cuando eso ocurre. Recuerda que está bien llorar por ti mismo.
2. Permítete llorar sobre la leche derramada. No tienes que esperar a que alguien muera. Puedes llorar por cualquier cosa que te provoque, sin importar lo aparentemente trivial.
3. No pongas un límite de tiempo a las lágrimas. Tu corazón decidirá cuándo es suficiente. Si conectas con la verdadera fuente de tu dolor, descubrirás que es finito. Pero no puedes dictar un límite de tiempo para tu dolor. Sé paciente.
4. Continúa donde lo dejaste. Si tienes que mantener la compostura, tal vez porque estás en el trabajo, comprueba más tarde cómo te sientes. Reflexiona sobre el incidente en privado si sientes que no está resuelto. No te estreses si no puedes recuperar el dolor. Las lágrimas son como los gatos: No puedes llevarlos con correa.
5. Habla sólo con palabras amables para ti mismo. Cuando llores, ten cuidado con las autocríticas e invalidaciones como estas:
«No es para tanto».»
«Soy demasiado sensible».»
«Los chicos/chicas grandes no lloran».»
En su lugar, di: «Lo siento» y «Estoy contigo» y «Te quiero». No digas estas cosas para que dejes de llorar. Dígalas para ser compasivo consigo mismo.
6. Llore en público. Si nunca has llorado en público, te sorprenderá descubrir que mucha gente se sentirá atraída por ti. Tus lágrimas te hacen vulnerable y, por tanto, no son una amenaza para los demás. La amabilidad es una respuesta frecuente a las lágrimas en público.
Si sólo recuerdas una cosa de este post, que sea la autocompasión.