Las mujeres masones se han reunido durante más de 100 años – llevando a cabo iniciaciones, ceremonias y rituales como sus homólogos masculinos. Ahora, el programa de la BBC Victoria Derbyshire ha tenido un acceso único a sus sociedades secretas.
«¿Qué es la masonería?», pregunta un maestro de la Honorable Fraternidad de Antiguos Masones.
«Un peculiar sistema de moral velado por la alegoría e ilustrado por símbolos», responde Dialazaza Nkela.
Participa en una ceremonia para alcanzar el rango de «segundo grado».
Celebra su ascenso dentro de la sociedad.
El «primer grado» lo marcó previamente su iniciación, que consistió en desnudar «el brazo derecho, el pecho izquierdo y la rodilla» mientras se le colocaba un lazo alrededor del cuello.
Cada uno de estos elementos, se dice, tiene un significado simbólico -aunque no se nos dice nada más.
Se dice que el «tercer grado» es «donde se experimenta la muerte para renacer», representando «el fin de una vida y el comienzo de otra».
Lo que esto significa en la práctica, una vez más, se nos oculta.
Pero esto en sí mismo es un vistazo al funcionamiento de una sociedad secreta.
Mucha gente quizás ni siquiera sabe que existen las mujeres masonas.
Los masones masculinos -que comenzaron a reunirse oficialmente hace 300 años- siempre han acaparado una mayor atención. Actualmente están dirigidos por el duque de Kent.
Pero entre las dos sociedades femeninas -la Honorable Fraternidad de Antiguos Masones y la Orden de Mujeres Masones, que se separó a principios del siglo XX- hay casi 5.000 miembros.
La Orden de Mujeres Masones se reúne regularmente en logias o templos, por todo el país.
Durante las ceremonias, las mujeres se visten con túnicas blancas, con galones alrededor del cuello para representar su lugar en la jerarquía.
El servicio que vemos comienza con una procesión por el pasillo central.
Los miembros de la organización se inclinan al llegar al frente, donde el gran maestro Zuzanka Penn se sienta en una gran silla que parece un trono.
Durante las ceremonias se rezan oraciones, y a veces tiene el aspecto de un grupo religioso, aunque la Sra. Penn está dispuesta a subrayar que no es el caso.
«Para ser masón, tienes que creer en un ser supremo», dice, pero puede ser de «cualquier fe».
«Tendremos gente muy religiosa y gente no tan observante, pero de cualquier raza, de cualquier fe», dice.
La mayoría de las mujeres de las sociedades tienen 50 años o más – algo que están dispuestas a cambiar, y se dirigen a las ferias universitarias para reclutar a miembros más jóvenes.
La oftalmóloga Roshni Patel va a celebrar una ceremonia para conmemorar que ha alcanzado el rango de maestra masona.
Se unió a los masones hace siete años.
No se nos permite asistir a la ceremonia, pero nos enteramos de que se le concedió el «honor» de sentarse en la «silla» con forma de trono.
«Todo el proceso de ponerme en la silla, fue muy emotivo», dice, mientras sale.
«Especialmente por todos los miembros de mi logia, a los que aprecio mucho.»
Preguntada sobre el hecho de convertirse en maestra masona, añade: «Estoy en shock», mientras aún trata de asimilar su logro.
Pero quizá la mayor barrera de reclutamiento de los masones sea su reputación de secretismo y su asociación con la corrupción, incluido el favoritismo en el que los miembros se ayudan mutuamente a ascender en la carrera.
No es algo que la señora Penn diga que reconoce.
«Llevo más de 40 años como masona y nunca me han ofrecido un favor ni he ofrecido a nadie un favor.
«Se oyen las historias, pero no me he encontrado con eso en la masonería en absoluto.»
En 1997, hubo llamamientos del entonces ministro del Interior, Jack Straw, para que los funcionarios y los jueces revelaran voluntariamente su pertenencia a la masonería, aunque este plan fue posteriormente desechado después de que los masones amenazaran con llevar al gobierno a los tribunales.
Christine Chapman, gran maestra de la Honorable Fraternidad de Antiguos Masones, dice que aunque «tienen algunos oficiales de policía… no he visto que se ayude a nadie».
Pero hace tiempo que se denuncia que la sociedad está asociada a la corrupción en la policía y la judicatura.
Las reglas masónicas exigen que los miembros se apoyen mutuamente y guarden los secretos legales de los demás, lo que ha hecho temer el desarrollo de camarillas corruptas.
Hechos masónicos
- Hay unas 4,700 mujeres masonas en el Reino Unido, frente a unos 200.000 hombres masones
- Los masones se reúnen en un templo, al que llaman «logia», ya que se entiende que es donde se reunían los antiguos canteros cuando trabajaban en una iglesia o catedral
- Llevan delantales masónicos, que se remonta a la teoría de que la masonería evolucionó a partir de los canteros, que los llevaban para protegerse de las astillas de piedra
- El «tercer grado» es la etapa final antes de convertirse en un masón de pleno derecho. La ceremonia implica un interrogatorio cercano, que es donde se origina la expresión «dar a alguien el tercer grado»
- Los masones masculinos famosos han incluido a Sir Winston Churchill, Sir Arthur Conan Doyle, Rudyard Kipling, Robert Burns, Oscar Wilde y Peter Sellers
La Sra. Chapman subraya que el secretismo de los masones es para crear una sensación de encanto y mística más que para ocultar «algo siniestro».
«No estamos tratando de apoderarnos del mundo, a pesar de todos esos teóricos de la conspiración en Internet, y no estamos tratando de derrocar al gobierno ni nada por el estilo.
«Necesitamos preservar un elemento de secreto sólo porque eso es lo que lo hace especial.»
Uno de los aspectos más famosos de la masonería ha sido siempre el apretón de manos masónico – y esto no es diferente dentro de las organizaciones femeninas.
«Sí, por supuesto que sí», dice la señora Penn, negándose a demostrar cómo es cuando se le pregunta.
«Es un secreto. Tendrás que unirte y entonces te lo contaré todo», dice sonriendo.
Mira el programa de Victoria Derbyshire los días laborables entre las 09:00 y las 11:00 en BBC Two y el canal BBC News.