La Bakers Maison tiene un amor eterno por todo lo que se hornea. Como auténtica casa de repostería francesa, un pastel es, sin embargo, el último capricho. Elaborado a mano con mantequilla pura y como un regalo para los ojos, el croissant es una parte trascendental de la historia de Francia. Pero, ¿cuál es la historia del croissant?
Una breve historia del crujiente comestible de media luna que todos conocemos y amamos es un relato lleno de leyendas culinarias. La gente suele pensar en Francia cuando oye hablar del croissant, pero Austria es el verdadero país de nacimiento de este famoso pastel. Es vienés, no francés.
Se cree que el kipferl es el antepasado espiritual del croissant. De origen austriaco, el kipferl es un dulce matutino con forma de media luna que se prepara solo, con nueces u otros rellenos. Es un pan más denso y menos escamoso, elaborado con una masa más blanda. La historia del kipferl se remonta al siglo XIII, donde se menciona como «dulce», y no fue hasta mediados del siglo XVI cuando este dulce austriaco pasó a formar parte de la categoría de «pastelería matutina».
A principios del siglo XVII se documentó la primera receta del estilo de masa que popularizarían los croissants. En el libro «Le Pâtissier françois», de François Pierre de La Varenne, aparece la receta de la «Pâte feuilletée», más conocida como «pasta de hojaldre».
Más adelante, en ese mismo siglo, Viena y Buda dieron origen a otras dos historias sobre el origen del croissant. Una de ellas afirma que se creó en Buda para celebrar la derrota de las fuerzas omeyas ante los francos en la batalla de Tours, con la forma que representa la luna creciente islámica.
Otra historia de origen proviene de Viena, donde este delicioso y hojaldrado pastel se creó para celebrar la derrota de los otomanos ante las fuerzas cristianas en 1683. El croissant se creó como una referencia a las banderas otomanas, un honor para los panaderos que impidieron que los turcos hicieran un túnel bajo su ciudad dando la alarma a las autoridades cristianas.
Una historia más romántica del siglo XVIII, cuenta una historia del croissant que a menudo se atribuye a María Antonieta. La archiduquesa de Austria era conocida por no comer en las cenas reales, sólo para escabullirse y comer y beber los dulces y el café de su país. Se rumorea que su amor por los kipferls y el bautizo del kipferl como «croissant» lo pusieron de moda en la alta sociedad francesa de la época. Como la pastelería estaba reservada a la alta sociedad y a la realeza, la credibilidad de esta historia podría tener cierto peso.
Sin embargo, la primera evidencia histórica verificada del croissant se atribuye a August Zang y a su pastelería de lujo, Boulangerie Viennoise, a principios del siglo XIX. La panadería se especializaba en productos de su Viena natal, especialmente el kipferl. Su kipferl se elaboraba con una masa más escamosa que la de los dulces tradicionales, y la gente empezó a llamarlo croissant por su forma de media luna.
Un panadero francés llamado Sylvain Claudius Goy escribió una receta en 1915, que cimentaría la técnica que sigue siendo la base del croissant moderno. Su uso de la levadura diferenció sus panecillos de los tradicionales de hojaldre y dio origen al croissant actual.
En la primera mitad del siglo XX, el croissant era horneado y amado por los adoradores panaderos franceses y todos los que lo disfrutaban. Después de la Segunda Guerra Mundial, el auge de los alimentos producidos en masa no hizo más que aumentar la popularidad de este pastel en Francia, en Europa y en todo el mundo. A finales del siglo XX, el croissant se impuso en el sector de la restauración gracias a la introducción de las tecnologías de congelación instantánea, y las croissanterías y cadenas de comida rápida pudieron vender croissants para el desayuno y pasteles salados.
Hoy en día, el alcance del croissant llega muy lejos con Francia, Austria, Argentina, Italia, Polonia, América, Australia y muchos otros países que tienen variantes notables y deliciosas.
¡La historia del croissant es una historia de las épocas, con diferentes países, batallas y figuras reales que definen lo que es hoy este delicioso pastel! El croissant no es sólo una parte de la historia, sino que es la historia.
El largo y accidentado pasado de esta delicia hojaldrada ha visto numerosas variaciones de la receta original. La Bakers Maison ha mantenido nuestra herencia francesa con 12 capas de deliciosa mantequilla, enrolladas a mano, congeladas y listas para ser horneadas en su local. Una deliciosa adición a cualquier menú, ya sea que se sirvan como un bocadillo independiente o que se rellenen con ingredientes gourmet.