Algunas de las innovaciones que surgieron de la Segunda Guerra Mundial están bien documentadas, desde el microondas hasta la fotocopiadora. Pero hay una pequeña herramienta cuya herencia de la Segunda Guerra Mundial es menos conocida. Hoy conocemos este poderoso producto como Super Glue.
El Super Glue fue desarrollado por primera vez por científicos de Eastman Kodak que intentaban diseñar productos para el ejército después de descubrir que algunos de sus intentos fallidos tenían otras propiedades útiles.
Los cianoacrilatos originales (el nombre químico del pegamento) se descubrieron en 1942 en una búsqueda de materiales para fabricar visores de plástico transparentes para la guerra, y los científicos dieron con una formulación que se pegaba a todo lo que entraba en contacto. Sin embargo, los investigadores estadounidenses rechazaron rápidamente los cianoacrilatos precisamente porque se pegaban a todo. En 1951, los cianoacrilatos fueron redescubiertos por los investigadores de Eastman Kodak Harry Coover y Fred Joyner, que reconocieron su verdadero potencial comercial, y se vendió por primera vez como producto comercial en 1958.
El Super Glue es un invento increíblemente útil, que nos permite reparar todo tipo de objetos. Sin embargo, lo interesante de la historia es que casi no se inventó. Como ya hemos dicho, el Super Glue fue descubierto inicialmente por accidente por el Dr. Harry Coover cuando se topó con los cianoacrilatos en su intento de fabricar miras de armas para la guerra. Sin embargo, debido a su tendencia a pegarse a absolutamente cualquier cosa, fueron descartados por inútiles.
Sin embargo, la historia no termina ahí. Coover también participó en el redescubrimiento de los cianoacrilatos varios años después. En esta ocasión, fue durante una investigación a principios de la década de 1950 sobre polímeros resistentes a las llamas para su uso en cubiertas de aviones. Un estudiante de investigación que trabajaba bajo la dirección de Coover sintetizó el cianoacrilato de etilo y, al intentar medir el índice de refracción del compuesto, pegó accidentalmente dos prismas de vidrio. En esta ocasión, Coover se dio cuenta del potencial de los cianoacrilatos y finalmente se convirtieron en un pegamento superadhesivo que se comercializó en 1958.
Entonces, ¿cuál es el secreto de la poderosa pegajosidad de los cianoacrilatos? Sencillamente, estos compuestos pueden reaccionar con pequeñas cantidades de agua; incluso la cantidad de agua presente como vapor de agua en el aire es suficiente para iniciar una reacción. La reacción entre un cianoacrilato y el agua produce un ion intermedio que puede pasar a reaccionar con más moléculas de cianoacrilato, creando finalmente una larga cadena de todas ellas conectadas entre sí. Esto es diferente de muchos otros pegamentos.
El polímero que forma el Super Glue es una unión muy fuerte, lo que hace que el pegamento sea muy difícil de romper una vez que se ha fijado. Además, la unión mecánica también desempeña un papel, ya que el pegamento puede filtrarse en pequeñas grietas y poros en las superficies que se pegan y cuando se solidifica esto también se vuelve muy difícil de separar.
Los cianoacrilatos en realidad tienen más usos que sólo en el Super Glue. Algunos de ellos también se pueden utilizar para ayudar a pegar heridas, especialmente en situaciones de combate, donde a menudo es necesario arreglar temporalmente las laceraciones hasta que se puedan poner puntos de sutura. Los cianoacrilatos también se pueden utilizar en odontología, automoción, construcción, electrónica, montaje industrial en general, embalsamamiento, investigación de la escena del crimen, impresión en 3D, fragmentos de coral e incluso en la industria cosmética.
Esperamos que este post le haya proporcionado un poco de historia interesante sobre el desarrollo de uno de los productos más útiles que afecta a nuestra vida cotidiana. Para obtener más información, póngase en contacto con nosotros hoy mismo en el 800-338-5192 o haga clic aquí para saber cómo elegir el adhesivo instantáneo adecuado.