Kylie Jenner tuvo su carrera lanzada por la notoriedad de sus famosos padres: su madre, la empresaria Kris Jenner, adquirió protagonismo junto a su entonces marido Bruce Jenner (ahora Caitlyn), uno de los más grandes atletas estadounidenses, campeón olímpico en 1976 en decatlón, antes de que este último fuera noticia por su proceso de transición de género.
Una vez que su hermana más famosa, Kim Kardashian, despegó con el éxito mediático impulsado por el reality show Keeping Up With The Kardashians, la adolescente consiguió debutar oficialmente en la televisión estadounidense e internacional -el programa se emite actualmente en más de 150 países-.
Después de su adolescencia, fue a través de las redes sociales que Kylie comenzó a mostrar que tenía su propia personalidad y gusto por la moda, el hiphop y el estrellato. Fenómeno en Instagram, donde cuenta con más de 79 millones de seguidores, la starlet consigue likes por el estilo sexy que muestra en cada selfie y también por su agudo ojo para la belleza.
De ahí surgió su mayor aventura empresarial: el lanzamiento de una línea de maquillaje del mismo nombre impulsada por el éxito de sus labios carnosos y las herramientas para conseguirlos; una línea de apliques para el pelo también monetizó la faceta camaleónica.
En moda, tras las primeras incursiones en colaboraciones creativas, Kylie ha asentado el estilo sexy de la calle y la influencia deportiva en la etiqueta que firma con su hermana Kendall Jenner y en colaboraciones con Topshop y la deportiva Puma (competencia directa para la marca también de huella deportiva del cuñado-estrella Kanye West).
Su agudo sentido de los negocios y su pericia en los flexibles límites entre la vida social y la profesional, una habilidad que le viene de familia, le han garantizado los frutos que recoge del éxito: con 19 años, ya posee cuatro mansiones millonarias en California y una envidiable colección de coches. Examine los registros notables del historial de la personalidad en esta página.