Vaginitis en gatos
También conocida como vaginitis, la inflamación de la vagina puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier raza. Sin embargo, es más frecuente en perros que en gatos.
Síntomas y tipos
- Secreción de la vulva
- Atracción de los machos (debido a la secreción vaginal)
- Frotar o arrastrar la zona anal sobre objetos o superficies
- Orinar con frecuencia (poliuria), incluso en lugares inadecuados
- Lamer frecuentemente la vagina (debido a la irritación causada por la inflamación)
- Infecciones del tracto urinario (virales o bacterianas)
- Tumores vaginales
- Intoxicación por zinc
- Problemas para orinar
Causas
La vaginitis puede producirse debido a la contaminación por heces u orina del órgano o a la acumulación de sangre en el lugar. Una lesión en la vagina o la formación de un absceso también pueden provocar vaginitis. Otras causas subyacentes comunes son:
Diagnóstico
Después de completar una historia clínica completa de su animal, su veterinario realizará un examen físico, incluyendo un perfil químico de la sangre, un recuento sanguíneo completo, un análisis de orina y un panel de electrolitos. Aunque los resultados de estas pruebas pueden ser normales, hay excepciones. En algunas gatas, el análisis de orina puede indicar inflamación, mientras que las pruebas bioquímicas pueden indicar hormonas anormalmente altas, un signo de inflamación uterina o de embarazo.
Para descartar neoplasias, cuerpos extraños y/o constricción de las trompas reproductoras, su veterinario puede recomendar radiografías abdominales. Las ecografías también pueden ser de gran ayuda para diagnosticar masas vaginales.
Se puede recoger una muestra de la vagina para realizar más pruebas. Por ejemplo, puede cultivarse y examinarse al microscopio o puede enviarse a un laboratorio para identificar si hay pus, sangre o heces en la muestra.
Su veterinario también examinará el interior de la vagina -ya sea con su dedo o con un instrumento especial llamado endoscopio vaginal- para descartar la presencia de una masa, un tumor, un cuerpo extraño, una cavidad llena de sangre o un estrechamiento anormal de la vagina.
Tratamiento
A menos que haya algún problema subyacente grave como un tumor, un cuerpo extraño, etc, una gata rara vez requiere hospitalización o cirugía para la vaginitis. En el caso de una infección bacteriana, su veterinario le recetará antibióticos. También se pueden administrar antisépticos a través de la vagina para ayudar a controlar la infección localmente.
Si la inflamación se produce antes de que se produzca la pubertad, suele resolverse tras el primer celo y no se requiere tratamiento. De lo contrario, se puede recomendar la extirpación completa de los ovarios y el útero en algunas gatas, especialmente si la condición no es tratable médicamente.
Vida y manejo
Si su gata ha sido operada, puede sentirse dolorida durante unos días. Normalmente, su veterinario le recetará analgésicos para aliviar el dolor. Unos buenos cuidados de enfermería y un entorno sin estrés favorecerán una rápida recuperación.
Los exámenes de seguimiento sirven para evaluar la evolución del tratamiento. Sin embargo, el pronóstico general depende en gran medida de la causa subyacente de la inflamación vaginal.