Las palmeras de sagú parecen palmeras, pero no son verdaderas palmeras. Son cícadas, un tipo de planta con un proceso reproductivo único algo parecido al de los helechos. Las palmeras de sagú viven muchos años y crecen muy lentamente.
Las hojas de sagú sanas son de un verde intenso. Si nota que sus hojas de sagú se vuelven amarillas, la planta puede estar sufriendo deficiencias de nutrientes. Sin embargo, las hojas amarillas de la palmera de sagú también pueden indicar otros problemas. Siga leyendo para saber qué hacer si ve que sus hojas de sagú se vuelven amarillas.
Mi palmera de sagú se está volviendo amarilla
Si se encuentra quejándose de que «mi palmera de sagú se está volviendo amarilla», es posible que quiera empezar a fertilizar su planta. Una palmera de sagú con hojas amarillas puede estar sufriendo una deficiencia de nitrógeno, una deficiencia de magnesio o una deficiencia de potasio.
Si las hojas de sagú más viejas se están volviendo amarillas, es probable que la planta esté sufriendo una deficiencia de nitrógeno. Con una deficiencia de potasio, las hojas más viejas también se vuelven amarillas, incluyendo el nervio central. Si la hoja desarrolla bandas amarillas pero la hoja central permanece verde, su planta puede tener una deficiencia de magnesio.
Estas hojas amarillas de la palmera sagú nunca recuperarán su color verde. Sin embargo, si comienza a usar un fertilizante general en cantidades adecuadas, el nuevo crecimiento que viene será verde una vez más. Puede probar con un abono especial para palmeras, aplicado de forma preventiva, que contenga tres veces más nitrógeno y potasio que fósforo.
Palma de sagú con frondas amarillas – Otras causas
Los sagos prefieren que su suelo esté demasiado seco y no demasiado húmedo. Debe regar su planta sólo cuando el suelo esté bastante seco. Cuando le des agua, dale un gran trago. Es importante que el agua penetre al menos 61 cm. en el suelo.
Regar una palmera de sagú demasiado o demasiado poco puede hacer que las hojas de la palmera de sagú se vuelvan amarillas. Lleve un registro de la cantidad y la frecuencia de riego para poder averiguar qué problema de riego es más probable. Nunca permita que el agua de riego entre en el follaje de la planta.