Patógeno
La borreliosis de Lyme (LB) es una infección bacteriana transmitida por garrapatas y causada por algunos miembros del grupo de espiroquetas Borrelia burgdorferi sensu lato. Es la infección transmitida por garrapatas más frecuente en las zonas templadas de Europa, América del Norte y Asia, y su distribución geográfica es cada vez mayor.
El complejo B. burgdorferi comprende al menos 15 genoespecies en todo el mundo; aun así, sólo cinco son significativamente patógenas para el ser humano. Todas las genoespecies patógenas pueden causar eritema migratorio, la erupción cutánea temprana de la LB. Borrelia afzelii y B. garinii son las principales genoespecies patógenas encontradas en Europa y están asociadas a complicaciones cutáneas y neurológicas, respectivamente. B. burgdorferi sensu stricto (la única genoespecie patógena encontrada en Norteamérica) está presente en algunas partes de Europa y puede causar complicaciones neurológicas y artríticas. En Europa se han identificado otras dos genoespecies patógenas: B. bavariensis, asociada a complicaciones neurológicas, y B. spielmanii. Borrelia valaisiana y B. lusitaniae rara vez causan enfermedades en los seres humanos.
La prevalencia media global de las genoespecies de B. burgdorferi en las garrapatas en Europa se ha estimado en alrededor del 12% con una mayor prevalencia en las garrapatas adultas que en las ninfas. Europa Central es la región con las mayores tasas de infección por garrapatas (ninfas >10%; garrapatas adultas >20%) en Europa, concretamente en Austria, República Checa, sur de Alemania, Suiza, Eslovaquia y Eslovenia.
Características clínicas y secuelas
Manifestaciones tempranas
El eritema migratorio, la erupción cutánea temprana de la infección localizada, se produce en aproximadamente el 80-90% de los casos. Es una erupción eritematosa que se expande gradualmente desde el lugar de la picadura de la garrapata y no es significativamente elevada ni dolorosa. Algunos pacientes también pueden presentar una enfermedad sistémica, similar a la gripe, sin síntomas respiratorios significativos.
El linfocitoma borrelial es una manifestación cutánea poco frecuente de la infección temprana, que suele afectar al lóbulo de la oreja, al pezón o al escroto. Puede persistir durante algunos meses si no se trata, y puede confundirse con un linfoma cutáneo debido a su intenso infiltrado linfocítico asociado.
Manifestaciones tardías
La neuroborreliosis -un trastorno del sistema nervioso central- es la principal complicación, que se observa en aproximadamente el 10% de los casos. La neuroborreliosis aguda puede presentarse con parálisis facial, meningitis linfocítica y radiculoneuritis. Suele aparecer entre seis y doce semanas después de la infección. La meningoencefalitis es una característica menos común. Ocasionalmente, pueden desarrollarse casos de radiculopatía más indolentes durante un periodo de meses, principalmente en personas mayores. El dolor radicular puede ser muy intenso, pero suele reducirse rápidamente tras el tratamiento antibiótico. Otros rasgos poco comunes de la infección diseminada son el eritema migratorio múltiple, la artritis intermitente y la carditis, que pueden causar anomalías del ritmo. También se presentan entre unas semanas y varios meses después de la infección.
Las manifestaciones de la borreliosis tardía (no tratada previamente) pueden afectar a la piel, al sistema nervioso o al musculoesquelético. Las manifestaciones incluyen la acrodermatitis crónica atrofiante, una infección cutánea persistente que suele afectar a las extremidades, causando inflamación y eventualmente el adelgazamiento de la piel afectada con una neuropatía asociada. La neuroborreliosis tardía suele presentarse como una encefalomielitis y puede parecerse a la esclerosis múltiple. La artritis de Lyme suele afectar a una articulación grande, normalmente la rodilla. Todas son causadas por una infección activa que responde a la terapia antibiótica, pero la recuperación puede ser incompleta dependiendo del grado de daño en el tejido subyacente antes del tratamiento.
La infección por Borrelia burgdorferi también puede ser asintomática.
Transmisión
Reservorio
En las zonas endémicas de Eurasia, las genoespecies de B. burgdorferi circulan entre las garrapatas duras del complejo Ixodes ricinus y los huéspedes vertebrados, incluidas muchas especies de pequeños mamíferos y aves que se alimentan en el suelo, que son los principales huéspedes de las larvas y ninfas.
Las garrapatas adultas suelen alimentarse de animales más grandes, como los ciervos, que no son reservorios competentes para la borrelia, pero ayudan a mantener la fase reproductiva de las garrapatas.
Los microhábitats más adecuados para el desarrollo y la supervivencia de las garrapatas tienen una humedad relativa superior al 85%. Los hábitats óptimos están representados por bosques caducifolios o mixtos, pero las garrapatas I. ricinus también pueden encontrarse en brezales, praderas abiertas de hierba y en entornos suburbanos y urbanos, incluidos los parques urbanos.
Modo de transmisión
La transmisión de B. burgdorferi a los seres humanos se produce a través de la picadura de una garrapata infectada, principalmente una ninfa o un adulto. Las picaduras de garrapatas larvarias no suponen un riesgo significativo, ya que es raro que las larvas sean portadoras de la infección. Es poco probable que las garrapatas infectadas transmitan los organismos en las primeras horas de una alimentación, pero el riesgo aumenta de forma constante con el aumento de la duración de la comida de sangre, por lo que la eliminación temprana de las garrapatas adheridas en las primeras horas es muy útil para reducir el riesgo de transmisión.
Grupos de riesgo
Todas las personas expuestas al riesgo de picaduras de garrapatas corren el riesgo de infectarse.
Prevención
Actualmente no se dispone de ninguna vacuna autorizada, por lo que los principales métodos de prevención de la infección son evitar las picaduras de garrapatas y la eliminación temprana de las garrapatas adheridas. Las estrategias más eficaces para evitar las picaduras de garrapatas incluyen el uso de ropa protectora, como pantalones largos y camisas de manga larga, y el uso de repelentes de garrapatas. La piel debe revisarse periódicamente en busca de garrapatas adheridas y éstas deben retirarse con pinzas o fórceps de punta fina, agarrando la garrapata lo más cerca posible de la piel, tirando suavemente hacia arriba y tratando de no romper las partes bucales. El riesgo de infección borrelial no aumenta si se dejan las partes bucales de la garrapata. A continuación, debe aplicarse un desinfectante de la piel para prevenir la infección piógena.
Al comprobar la presencia de garrapatas, debe prestarse especial atención a los pliegues de la piel -grotas, axilas, debajo de los pechos, zona de la cintura, parte posterior de las rodillas-, ya que las garrapatas buscan zonas más húmedas para adherirse. La cabeza (incluido el cuero cabelludo) y la zona del cuello de los niños pequeños también deben revisarse cuidadosamente, ya que las picaduras de garrapatas son relativamente más comunes en estos lugares en este grupo de edad.
La ropa impregnada de permetrina puede ser utilizada por personas que tienen una exposición frecuente y fuerte a las garrapatas, como los trabajadores forestales o el personal militar en ejercicio.
Diagnóstico
No se requieren pruebas de laboratorio en el diagnóstico del eritema migratorio, que dependen de una evaluación clínica y de una valoración del riesgo de exposición a las garrapatas.
Se necesitan pruebas de laboratorio para confirmar un diagnóstico de infección en fase avanzada. Los anticuerpos contra B. burgdorferi suelen ser detectables entre 4 y 8 semanas después de la infección. Los pacientes con infección en fase tardía rara vez son seronegativos y suelen tener pruebas de anticuerpos muy positivas. Sin embargo, la aparición de pruebas falsas positivas en pacientes con otras infecciones o afecciones, como las enfermedades autoinmunes, puede llevar a un diagnóstico erróneo y a un tratamiento inadecuado.
Otras investigaciones especializadas pueden ser útiles en ciertos casos; por ejemplo, las pruebas de anticuerpos y los estudios de detección de ADN borrelial en el líquido cefalorraquídeo de pacientes con sospecha de neuroborreliosis. La detección del ADN de Borrelia también puede ser útil en biopsias de piel de pacientes con sospecha de eritema migratorio y acrodermatitis crónica atrofiada y en líquido sinovial de pacientes con sospecha de artritis de Lyme.
Manejo y tratamiento
Todos los pacientes con infección sintomática por B. burgdorferi deben ser tratados con los antibióticos adecuados (amoxicilina y cefalosporina y macrólidos para las infecciones diseminadas). El tratamiento precoz puede prevenir el riesgo de desarrollar complicaciones en la fase tardía, pero incluso los pacientes con borreliosis de Lyme en fase tardía pueden beneficiarse de los antibióticos. No obstante, la recuperación clínica puede ser incompleta si se ha producido un daño tisular grave antes del tratamiento.
Áreas clave de incertidumbre
Las áreas en las que hay que seguir investigando incluyen un conocimiento más detallado de los aspectos ecológicos de la borreliosis de Lyme a escala local, regional y de la UE, incluyendo la distribución y prevalencia de las genoespecies patógenas y no patógenas, y más datos sobre la epidemiología de la borreliosis de Lyme. También se necesitan más mejoras en las pruebas de diagnóstico
Nota: La información contenida en esta hoja informativa está destinada a la información general y no debe utilizarse como sustituto de la experiencia individual y el juicio de los profesionales de la salud.
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