La debilidad se refiere a la pérdida de fuerza muscular en la que las personas no pueden mover un músculo con normalidad a pesar de intentarlo con todas sus fuerzas. Sin embargo, el término se utiliza a menudo de forma errónea cuando las personas con una fuerza muscular normal dicen que se sienten débiles cuando se sienten cansadas o cuando su movimiento está limitado debido a un dolor o a la rigidez de las articulaciones.
Para que una persona mueva intencionadamente un músculo (lo que se denomina contracción muscular voluntaria), el cerebro debe generar una señal que recorra una vía desde:
– | El cerebro |
– | A través de las células nerviosas del tronco cerebral y la médula espinal |
– | A través de los nervios de la médula espinal a los músculos (llamados nervios periféricos) |
A través de la conexión entre el nervio y el músculo (llamada unión neuromuscular) |
Además, la cantidad de tejido muscular debe ser normal, y el tejido debe ser capaz de contraerse en respuesta a la señal de los nervios. Por lo tanto, la verdadera debilidad sólo se produce cuando una parte de esta vía (cerebro, médula espinal, nervios, músculos o las conexiones entre ellos) está dañada o enferma.
La debilidad puede desarrollarse de forma repentina o gradual. La debilidad puede afectar a todos los músculos del cuerpo (lo que se denomina debilidad generalizada) o sólo a una parte del cuerpo. Por ejemplo, dependiendo de dónde esté dañada la médula espinal, los trastornos de la médula espinal pueden causar debilidad sólo en las piernas.
Los síntomas dependen de qué músculos estén afectados, como cuando la debilidad afecta a los músculos del pecho, las personas pueden tener dificultad para respirar o cuando la debilidad afecta a los músculos que controlan los ojos, las personas pueden tener visión doble. La debilidad muscular completa provoca parálisis. Las personas pueden tener otros síntomas dependiendo de la causa de la debilidad. La debilidad suele ir acompañada de anomalías en la sensibilidad, como hormigueo, sensación de pinchazos y entumecimiento.
La debilidad muscular es muy común en la esclerosis múltiple (EM) y puede producirse en cualquier parte del cuerpo. Puede abarcar desde partes específicas que siempre están cansadas o que se cansan con facilidad hasta todo el cuerpo. Puedes tener un gran descanso nocturno y, al despertar, sentirte como si acabaras de correr una maratón o te hubieras quedado despierto toda la noche. Hay muchos factores que pueden causar esto, pero el resultado final es que estás «aniquilado» desde el comienzo del día. Cuando ya estás cansado, es muy difícil mantenerse activo o incluso hacer ejercicio. Sólo recuerda que tienes que trabajar duro y seguir adelante porque o lo usas o lo pierdes.
Causas de la debilidad
Debido a que el mal funcionamiento en la misma parte de la vía de la señal provoca síntomas similares independientemente de la causa, las muchas causas de la debilidad muscular se suelen agrupar por la localización de la causa. Es decir, las causas se agrupan como aquellas que afectan al cerebro, a la médula espinal, a los nervios periféricos, a los músculos o a las conexiones entre nervios y músculos. Sin embargo, algunos trastornos afectan a más de una localización.
Las causas difieren dependiendo de si la debilidad es generalizada o afecta sólo a músculos específicos. Las causas más comunes de la debilidad generalizada son:
Una disminución de la aptitud física general (llamada desacondicionamiento), que puede ser consecuencia de una enfermedad y/o una disminución de las reservas físicas (fragilidad), como la masa muscular, la densidad ósea y la capacidad de funcionamiento del corazón y los pulmones, especialmente en personas mayores | |||
– | Pérdida de tejido muscular (desgaste o atrofia) debido a largos periodos de inactividad o reposo en cama, como ocurre en una UCI | – | Daños en los nervios debido a una enfermedad o lesión grave, como quemaduras graves o extensas | – | Ciertos trastornos musculares, como los debidos a un nivel bajo de potasio (hipopotasemia), al consumo de demasiado alcohol o al uso de corticosteroides |
– | Fármacos utilizados para paralizar los músculos, como los que evitan que las personas se muevan durante una cirugía o mientras están conectadas a un respirador |
Las causas más comunes de debilidad en músculos específicos son:
– | Los accidentes cerebrovasculares (la causa más común de debilidad que afecta a un lado del cuerpo) |
– | Un nervio pinzado, como ocurre en el síndrome del túnel carpiano |
– | Una rotura o hernia discal en la columna vertebral |
– | Presión o compresión de la médula espinal, como puede ser el resultado de un cáncer que se ha extendido a la médula espinal |
– | Esclerosis múltiple |
Muchas personas informan de debilidad cuando su problema es en realidad la fatiga. Entre las causas comunes de la fatiga se encuentran una enfermedad grave, el cáncer, una infección crónica (como la infección por VIH, la hepatitis o la mononucleosis), la insuficiencia cardíaca, la anemia, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia, los trastornos del estado de ánimo (como la depresión) y la esclerosis múltiple.
Manejar la debilidad
El primer paso para manejar la debilidad de forma eficaz es determinar cuál es la causa más probable.
– | El desacondicionamiento de los músculos es consecuencia de la falta de uso. A menudo, en la EM, debido a la fatiga, el dolor, el desequilibrio u otros síntomas, el nivel de actividad general de una persona se reduce. La falta de actividad hará que los músculos afectados por la EM, así como los que no están afectados por la enfermedad, se debiliten. Para este tipo de debilidad, los ejercicios de resistencia progresiva con pesas pueden ser muy eficaces. Un fisioterapeuta puede recomendar un programa de entrenamiento con pesas que se adapte a las capacidades y limitaciones. |
– | El daño a las fibras nerviosas (desmielinización) en la médula espinal y el cerebro que estimulan los músculos también puede causar debilidad. Los músculos no reciben los impulsos nerviosos que necesitan para trabajar eficazmente, lo que a menudo da lugar a una reducción de la resistencia. Como el origen de este tipo de debilidad es la alteración de la conducción nerviosa, el entrenamiento con pesas para fortalecer los músculos afectados no es eficaz e incluso puede aumentar la sensación de debilidad y fatiga. La estrategia recomendada es mantener el tono de los músculos que no reciben una conducción nerviosa adecuada con un uso regular, mientras se trabaja para fortalecer los músculos circundantes que sí reciben una conducción adecuada. Un fisioterapeuta puede trabajar para identificar las fuentes de su debilidad y recomendar estrategias apropiadas para manejarlas. |
La debilidad en las piernas, tobillos y pies puede interferir con la marcha. Las estrategias de gestión para abordar los problemas de la marcha incluyen el ejercicio, los dispositivos de ayuda y la medicación. La debilidad en la parte superior del cuerpo y en los brazos puede interferir con las actividades de la vida diaria y el cuidado personal. Los terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas pueden recomendar ejercicios apropiados para los brazos y las manos, así como herramientas y dispositivos de ayuda para las actividades en el hogar y en el trabajo.
Muchos perderán fuerza muscular en los brazos y las piernas a medida que avance la enfermedad. La debilidad muscular puede afectar a las extremidades (brazos y piernas) de un lado del cuerpo (hemiparesia), de ambas piernas (paraparesia) o de las cuatro extremidades (cuadraparesia). Los músculos de la zona afectada pueden tensarse (espasticidad) y contraerse espontáneamente (espasmo o clonus). La pérdida puede ir desde la reducción de la destreza hasta la parálisis de un brazo o una pierna. La pérdida de fuerza muscular se produce no sólo en las recaídas, sino también como un proceso gradual sin recuperación. Dependiendo de la gravedad, puede ser necesario un dispositivo de asistencia.
Respiración
La respiración está principalmente bajo el control del sistema nervioso autónomo (SNA), que es la parte del sistema nervioso central (SNC) que controla las funciones vitales, como los latidos del corazón y la respiración, sin el pensamiento consciente. No es habitual que la EM afecte al SNA y, por tanto, no es habitual que los problemas respiratorios se produzcan en la EM como resultado directo de la pérdida de control autonómico. Si los problemas respiratorios se producen de forma repentina, es imprescindible acudir al médico de inmediato o a urgencias, ya que puede ser un indicio de infección o de algún otro problema.
La debilidad de los músculos ventilatorios puede comenzar en las primeras fases de la enfermedad. En la EM, la causa más común de los problemas respiratorios es la pérdida de fuerza y resistencia muscular. Al igual que una persona puede experimentar debilidad muscular en los brazos o las piernas, la debilidad puede producirse en los músculos ventilatorios del tórax y el abdomen que intervienen en la respiración. Al igual que la debilidad en las otras partes del cuerpo, la debilidad de los músculos ventilatorios puede empezar a producirse al principio del curso de la enfermedad y empeorar gradualmente con el tiempo.
Ciertos medicamentos también pueden contribuir a los problemas respiratorios, como los tranquilizantes, los relajantes musculares y los analgésicos opiáceos, pueden deprimir la respiración. El uso de estos medicamentos debe controlarse cuidadosamente en cualquier persona con antecedentes de dificultad respiratoria o problemas de deglución.
Los cambios respiratorios también pueden contribuir a otros problemas. Las personas con músculos ventilatorios debilitados tienen que trabajar más para inhalar y exhalar. Este esfuerzo adicional puede ser bastante agotador, especialmente para las personas que ya experimentan una cantidad significativa de fatiga por la EM. Los problemas respiratorios también pueden interferir en el proceso de producción del habla y de la voz, lo que hace que sea mucho más difícil y agotador para las personas mantener una conversación o hablar lo suficientemente alto como para que se les oiga.
Prueba de la fuerza muscular
En primer lugar, los médicos intentan determinar si las personas están débiles o simplemente cansadas. Si las personas están débiles, los médicos determinan si la debilidad es lo suficientemente grave o si empeora con la suficiente rapidez como para poner en peligro la vida.
En las personas con debilidad, los siguientes síntomas son motivo de preocupación:
– | Debilidad que se desarrolla durante unos días o menos | – | Dificultad para para respirar |
– | Dificultad para levantar la cabeza al estar acostado |
– | Dificultad para masticar, hablar, o tragar |
– | Pérdida de la capacidad de caminar |
Los médicos comprueban la fuerza muscular pidiendo a la persona que empuje o tire contra una resistencia o que haga maniobras que requieran fuerza, como caminar con los talones y las puntas de los pies o levantarse de una silla. A veces, la debilidad es evidente cuando la persona utiliza una extremidad más que otra (por ejemplo, al balancear los brazos al caminar o al mantener los brazos en alto con los ojos cerrados). Saber qué partes del cuerpo son débiles (el patrón de debilidad) puede ayudar a los médicos a identificar cuál es el problema.