Uno de los principales problemas de los estudios científicos es que el sesgo (la influencia consciente o inconsciente sobre el estudio y sus resultados) puede hacerlos menos fiables.El sesgo puede producirse de diferentes maneras y es importante que los investigadores sean conscientes de ello y encuentren formas de minimizarlo. Hay un gran número de formas en las que puede producirse el sesgo, estos son algunos ejemplos comunes:
Sesgo de recuerdo
Cuando se pide a los encuestados que respondan a preguntas sobre cosas que les sucedieron en el pasado, los investigadores tienen que confiar en los recuerdos del pasado de los encuestados. A veces es más probable que se recuerden diferentes tipos de acontecimientos que otros, lo que hace que los encuestados informen más fácilmente de esos tipos de experiencias. Esto crea una forma de sesgo llamada sesgo de recuerdo.
Sesgo de selección
Las muestras de investigación pueden a veces infrarrepresentar a ciertas personas o grupos, y sobrerrepresentar a otros. Esto se denomina sesgo de selección de la muestra. La mejor forma de seleccionar a las personas para la investigación es utilizando la base del azar, es decir, de forma que todas las personas de la población investigada tengan las mismas posibilidades de ser seleccionadas. Esto se llama aleatorización, porque las personas son seleccionadas al azar para participar en el estudio.
Sesgo de observación (también conocido como efecto Hawthorne)
El sesgo de observación se produce cuando los participantes en un estudio son conscientes de que están siendo observados por los científicos y, consciente o inconscientemente, alteran su forma de actuar o las respuestas que dan.
El sesgo de confirmación
El sesgo de confirmación es un tipo de sesgo que puede ocurrir durante la interpretación de los datos del estudio cuando los investigadores, consciente o inconscientemente, buscan información o patrones en sus datos que confirmen las ideas u opiniones que ya tienen.
Sesgo de publicación
Los estudios con resultados negativos (es decir, ensayos en los que no se encuentran resultados significativos) tienen menos probabilidades de ser presentados por los científicos o de ser publicados por las revistas científicas porque se perciben como menos interesantes. Estos resultados «negativos» son tan importantes para comprender un tema científico como los resultados significativos, pero es menos probable que se publiquen. Esto puede sesgar nuestra comprensión de un tema porque, por ejemplo, al realizar una revisión o un meta-análisis sobre un nuevo tratamiento farmacológico, si faltan este tipo de datos, puede hacer parecer que un medicamento es más o menos eficaz de lo que realmente es. Esto se llama sesgo de publicación.