La fiebre en el período posparto es un suceso relativamente común, con una frecuencia de aproximadamente el 5-7% de los partos y la mayoría de los sucesos ocurren más de dos días después del nacimiento. Frecuentemente, son manejadas por el especialista en salud de la mujer que atiende a la paciente, pero una breve revisión es útil para el médico de urgencias, ya que pueden presentarse en el servicio de urgencias para su atención. La fiebre posparto se define como una temperatura de 38,7 grados C (101,6 grados F) o superior durante las primeras 24 horas o superior a 38,0 grados C (100,4 grados F) en dos de los primeros 10 días posparto.
La fiebre que se produce en un rango de tiempo tan amplio durante el curso del posparto puede tener, obviamente, una variedad de causas. Sin embargo, la causa más común de la fiebre posparto es la endometritis, que es una inflamación en el revestimiento del útero, en este caso por una infección. Dado que el origen de las infecciones es tanto del tracto genitourinario como de la flora cutánea, la infección suele ser polimicrobiana, lo que requiere la administración de antibióticos con actividad específica contra los anaerobios. Esta infección suele aparecer entre dos y tres días después del parto, por lo que es la que se encuentra con más frecuencia en el periodo posparto representando más de la mitad de las infecciones posparto encontradas tras el alta médica después del parto.
Otras causas importantes de fiebre posparto (por orden de aparición temporal tras el parto) son la atelectasia, la infección del tracto urinario/pielonefritis, la infección de la herida quirúrgica (el caso del parto quirúrgico), la tromboflebitis séptica y la mastitis. Por último, deben considerarse las causas inusuales de dolor abdominal agudo si son clínicamente apropiadas, especialmente la apendicitis y la diverticulitis, que pueden ser difíciles de distinguir en el contexto de un dolor posparto o postoperatorio normal.
Se debe realizar la evaluación diagnóstica mediante los estudios de laboratorio habituales en la evaluación de la infección por la fuente señalada anteriormente, junto con los estudios diagnósticos apropiados, y se debe obtener la consulta obstétrica. Específicamente en el tratamiento de la endometritis, especialmente después del parto quirúrgico, se recomienda la clindamicina y la gentamicina parentales junto con la reanimación con líquidos adecuada y los cuidados de apoyo.