Aunque el amor no correspondido puede incluir un poco de desamor, aplastar a una persona también es un poco divertido. (Como, por ejemplo, ¡es agradable tener a alguien en quien pensar y deleitarse con ese pequeño subidón cuando tienes noticias suyas!)
Pero, ¿qué ocurre cuando tu inocente enamoramiento se convierte en una auténtica adicción o interfiere en tu vida hasta el punto de afectar a tu salud mental y a tu bienestar físico?
Sí. Resulta que el mal de amores es algo real y no estás siendo melodramático.
¿Qué es el mal de amores?
En 1979, la doctora Dorothy Tennov acuñó el término «limerencia» para describir lo que la mayoría de la gente denomina comúnmente «mal de amores». Su trabajo puso en palabras lo que los seres humanos a lo largo de la historia han sabido desde hace tiempo: que las personas que se enamoran se vuelven involuntariamente locas. El mal de amores se caracteriza por una mezcla de intensa atracción romántica y una necesidad obsesiva de que la atracción sea recíproca, según Psychology Today. Cuando los sentimientos de amor no son correspondidos, el individuo enfermo de amor a veces se sumerge en la desesperación.
Pero el mal de amores no se trata sólo de sentimientos de romance, tristeza y anhelo. La condición contiene elementos de pensamientos intrusivos, obsesión, impulsividad y delirios que algunos expertos piensan que imitan la enfermedad mental según un artículo del Huffington Post escrito por el Dr. David Sack. Estos sentimientos y comportamientos están profundamente arraigados en la fisiología y las sustancias químicas del cerebro.
¿Por qué me siento tan miserablemente maravilloso?
Aunque los elementos del mal de amores se corresponden estrechamente con los problemas de salud mental, enamorarse sigue siendo una experiencia poderosa y buscada. Si has pasado por el mal de amores, probablemente puedas recordar que te sientes miserable y maravilloso al mismo tiempo. Puede que incluso hayas sentido que experimentabas subidas y bajadas similares a las del consumo de sustancias.
Resulta que el mal de amores es el resultado de reacciones químicas en el cerebro que en realidad son bastante similares a la reacción del cerebro a las drogas. El cerebro enfermo de amor se inunda de serotonina, dopamina y norepinefrina -cada una de las cuales desencadena fuertes respuestas emocionales y fisiológicas-, según Sack. La mezcla de estas sustancias químicas produce síntomas emocionales, mentales y físicos que son a la vez encantadores y terribles.
Síntomas del mal de amores
Por supuesto, el mal de amores no tiene por qué ocurrir en todas y cada una de las relaciones que se inician. Al fin y al cabo, ¿cómo conseguirías hacer algo de trabajo? Pero si estás en una nueva relación o has experimentado recientemente una ruptura, aquí hay algunas señales de que puedes estar enfermo de amor según Sack:
- Idealización de las características de la otra persona (positivas y negativas)
- Pensamientos intrusivos. Usted se dedica a sus asuntos, pero de repente le inundan imágenes y pensamientos sobre su amado.
- Una sensación de euforia en respuesta a señales reales o percibidas de reciprocidad.
- Fantasía. Sueñas despierto con tu interés amoroso, incluso cuando esto repercute negativamente en tu rendimiento laboral. Alternativamente, inventa escenas enteras con su interés amoroso que no se basan en la realidad.
- Dudas de sí mismo. Temes tanto el rechazo de tu interés amoroso que te cuestionas a ti mismo y te sientes insoportablemente tímido en su presencia.
- Debilidad. Pierdes fuerza en las rodillas y las piernas cuando piensas en él o ella o te cuesta controlar el temblor de tus manos en su presencia.
- Insomnio. Tienes dificultades para dormir por la noche debido a los pensamientos intrusivos o por tu mayor sensibilidad a tus emociones y miedos.
- Ansiedad. Experimenta palpitaciones, enrojecimiento de las mejillas o temblores. Temes el peor resultado posible de tu enamoramiento.
- Mantener la intensidad romántica a través de la adversidad.
- Experimentar síntomas físicos como temblores, rubor, debilidad o palpitaciones del corazón cerca de la otra persona.
- Organizar tu agenda para maximizar los posibles encuentros con la otra persona.
- Analizar incesantemente cada palabra y gesto para determinar su posible significado.
- Reduce tu estrés. Ve a una clase de yoga, respira profundamente o medita. Haz lo que necesites para reducir tu ritmo cardíaco y calmar tus nervios.
- Aléjate de una relación poco saludable. Si tienes mal de amores porque estás en una relación con un cretino que retiene el amor, la comunicación y el afecto, entonces necesitas salir. El mal de amores y los miedos y ansiedades que lo acompañan no desaparecerán hasta que lo hagas.
- Define tus límites. Si eres propensa a acechar Instagram hasta altas horas de la noche (¡ejem!) o a revisar religiosamente sus «me gusta» o «menciones», establece la regla de apagar tu ordenador a las 10 de la noche. No cedas a tus obsesiones.
Posibles resultados para la salud del mal de amores
Por lo general, el mal de amores no es más que una montaña rusa en la que hay que subirse hasta que las sustancias químicas del cerebro se nivelan. Sin embargo, a veces, el torrente de sustancias químicas, emociones y reacciones físicas puede venir acompañado de resultados no deseados para la salud. Las dudas, el insomnio y los pensamientos intrusivos suelen ser las cartas de presentación de la depresión mayor. Además, la exposición a largo plazo a la ansiedad y el estrés -sin importar la causa- pone a las personas en mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, dolores de cabeza y dolor crónico.
Si te sientes mal de amores más días de los deseados o tu mal de amores no desaparece, aquí hay un par de cosas que puedes hacer para practicar el autocuidado por el bien de tu salud:
Publicado originalmente en febrero de 2014.