Fuente: POPSUGAR Studios
La fundadora del entrenamiento híbrido de Pilates Burn SF, Lisa Corsello, me asegura que los isquiotibiales tensos son una de las dolencias más comunes de las que se quejan sus clientes en sus estudios. La causa del problema suele ser un autodiagnóstico problemático, ya que a menudo «donde experimentamos la tirantez o el dolor no es necesariamente donde se origina». Lo más habitual es que lo que denominamos tirantez en la parte posterior de las piernas tenga muy poco que ver con la parte posterior de las mismas. Este dolor puede aliviarse con estiramientos que se dirijan no sólo a los isquiotibiales, «sino también al psoas, las caderas, la zona lumbar, los glúteos y las pantorrillas».
La entrenadora personal certificada y presentadora de POPSUGAR Fitness, Anna Renderer, también tiene un máster en fisiología clínica del ejercicio. Anna explica que cuando los isquiotibiales no están experimentando un rango completo de movimiento, se acortan – ¡esto es especialmente cierto si estás sentado la mayor parte del tiempo! Sin esta amplitud de movimiento en los isquiotibiales, se produce un «efecto recíproco de tensión en los flexores de la cadera» que afecta a las pantorrillas y a los isquiotibiales. Cuando los flexores de la cadera están tensos, se produce una inclinación de la pelvis que causa tensión en la espalda baja, y una espalda baja tensa a menudo resulta en los isquiotibiales tensos.
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Pero va más allá de los flexores de la cadera. La extraordinaria entrenadora de Pilates Brooke Siler, autora del libro The Women’s Health Big Book of Pilates, dice que es esencial asegurarse de que «los músculos centrales de Pilates (glúteos, muslos internos, pero sobre todo los abdominales)» hagan «la mayor parte de la carga». De este modo, los isquiotibiales no tienen que sostener la pelvis por sí solos. Una mala posición de la pelvis por culpa de unos abdominales débiles pone una tensión innecesaria en los isquiotibiales, y muchas mujeres (como yo) experimentan una sensación de isquiotibiales «tensos» que se niegan a aflojar.
Brooke dice que la moraleja de la historia es «¡fortalecer tu centro de poder de Pilates (abdominales, glúteos y muslos internos) y estirar los flexores de la cadera antes de ir a por tus pobres isquiotibiales victimizados!»