En la constelación de Orión, algo extraño está ocurriendo. En octubre de 2019, la estrella roja Betelgeuse -que marca el hombro derecho de Orión (o el izquierdo, según se mire)- comenzó a oscurecerse de forma inusual. Durante enero y febrero de 2020, alcanzó un mínimo histórico: alrededor del 40% de su brillo habitual.
El oscurecimiento de Betelgeuse (el nombre de la estrella tiene su origen en el árabe, y no hay consenso sobre cómo pronunciar la versión occidentalizada, pero ‘Beet-el-joos’ es una de las variantes más comunes -como se popularizó en la película Beetlejuice de 1988-) no es del todo inesperado.
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«Pero incluso si Betelgeuse se anima, todavía nos deja con preguntas», dice la doctora Emily Levesque, astrónoma que estudia la física de las estrellas masivas en la Universidad de Washington. «Se ha vuelto mucho más tenue de lo normal, mucho más de lo que cabría esperar».
Betelgeuse es una supergigante roja, la clase de estrellas más grande del Universo en términos de volumen. Tiene un radio de unos 600 millones de kilómetros: si se colocara Betelgeuse en el centro del Sistema Solar -donde está el Sol- llegaría casi hasta Júpiter, engullendo a Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Las supergigantes rojas se forman cuando una estrella masiva se queda sin hidrógeno en su núcleo y ya no puede convertir el hidrógeno en helio mediante la fusión nuclear. En ese momento, el núcleo comienza a contraerse, lo que eleva la temperatura interna de la estrella y enciende una cáscara de fusión de hidrógeno alrededor del núcleo, haciendo que las capas externas de la estrella se expandan y se enfríen.
La temperatura dentro del núcleo de Betelgeuse es tan alta que el helio que hay allí ha comenzado a fusionarse en carbono. Una vez agotado el helio, el núcleo se abrirá paso rápidamente a través de elementos más pesados, hasta llegar al hierro. En este punto, la estrella no puede generar más energía, por lo que el núcleo se colapsará. Las capas exteriores le seguirán, rebotando en el núcleo y explotando en una supernova.
¿Por qué se oscurece Betelgeuse?
¿Podría ser el oscurecimiento una señal de una supernova inminente? Levesque admite que todavía sabemos muy poco sobre lo que hará una estrella en los últimos días y semanas antes de explotar. Pero dice que la mejor estimación de cuándo morirá Betelgeuse, según el punto en el que los científicos creen que se encuentra en su ciclo de vida, es dentro de 100.000 años.
«Una supernova mañana no es rotundamente imposible», dice, «pero es poco probable».
¿Entonces a qué se debe el reciente oscurecimiento? El habitual ciclo de pulsación de 420 días de Betelgeuse -que está causado por las variaciones en el tamaño de la estrella- no puede explicar por sí solo el oscurecimiento, dice Levesque, por lo que es probable que haya al menos otro mecanismo en marcha.
Una posibilidad es que la estrella esté siendo oscurecida, haciendo que parezca más tenue.
«Sabemos que las estrellas como Betelgeuse desprenden periódicamente masa de su superficie, que se condensa en polvo alrededor de la estrella», dice. «Esto bloquearía eficazmente nuestra visión»
«También sabemos que las supergigantes rojas tienen grandes zonas convectivas en sus superficies», añade. El gas caliente del interior de la estrella sube a la superficie, donde se enfría y se hunde de nuevo. Los cambios en esta circulación podrían alterar la temperatura de la superficie de la estrella y, por tanto, su brillo, otra posible explicación de lo que está ocurriendo.
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Sea lo que sea lo que esté haciendo Betelgeuse en estos momentos, no hay duda de que explotará en algún momento.
«Será absolutamente imperdible», dice Levesque. «La estrella está a sólo unos cientos de años luz de distancia, por lo que la luz de la supernova será increíblemente brillante, comparable a la de Venus o la Luna».
La veremos en el cielo como un pinchazo de luz -incluso durante el día- y nuestros telescopios podrán ver el nebuloso «remanente de supernova» en toda su gloria. Pero no te preocupes: aunque Betelgeuse está relativamente cerca de nosotros, está lo suficientemente lejos como para que no haya peligro por la radiación de alta energía de la supernova. En cuanto a Betelgeuse, lo más probable es que se convierta en una estrella de neutrones ultradensa.
Mientras tanto, los astrónomos están obteniendo todos los datos que pueden.
«A medida que estudiemos más de estas supergigantes rojas, podremos determinar mejor en qué etapa de su evolución se encuentran y cuándo es probable que mueran», dice Levesque.
«Sabemos que las estrellas como ésta producen la mayoría de los elementos del Universo, tanto cuando están vivas como cuando mueren como supernovas. Entender cómo funciona esto nos dirá más sobre cómo evolucionó la composición del Universo. Estas estrellas sembraron la química que hizo posible la vida»
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