Una elaborada tumba de la Edad de los Vikingos en Suecia contiene los restos de una guerrera condecorada del siglo X, proporcionando la primera evidencia arqueológica de que las mujeres ocupaban posiciones de alto estatus en la cultura vikinga.
El notable hallazgo fue revelado en un estudio realizado por investigadores de las universidades de Estocolmo y Uppsala y publicado en la revista American Journal of Anthropology. Su análisis de ADN del esqueleto confirmó que se trataba de una mujer de más de 30 años, que medía alrededor de 1,5 metros de altura.
Al lado del cuerpo se enterraron varias armas, como una espada, flechas perforantes, un cuchillo de batalla, un hacha, una lanza y dos escudos, lo que indica que el esqueleto era probablemente el de un guerrero. Junto con el amplio arsenal de armas había dos caballos y un juego completo de fichas y un tablero de juego. Las piezas de juego sugieren que la persona enterrada era un combatiente de alto rango y conocedor de estrategias y tácticas.
«Se trata de la primera confirmación formal y genética de una mujer guerrera vikinga», dijo el profesor Mattias Jakobsson en un informe de la Universidad de Uppsala.
VIDEO: Mujeres vikingas – En la sociedad vikinga, las mujeres gozaban de un sorprendente grado de autonomía e independencia.
Las leyendas de feroces guerreras aparecen en la tradición y la poesía escandinava de la Edad Media. También se han contado historias de guerreras similares en la era moderna, por ejemplo Lagertha en la serie Vikingos de HISTORIA, pero la existencia de mujeres guerreras en la cultura vikinga ha sido constantemente cuestionada en las historias oficiales, con mujeres a menudo relegadas a papeles no combativos.
Esta suposición común fue también la razón por la que este descubrimiento histórico fue inicialmente pasado por alto. La tumba fue descubierta originalmente a finales del siglo XIX por el arqueólogo sueco Hjalmar Stople, y al principio parecía como muchas otras encontradas en la ciudad sueca de Birka, un centro de comercio para los vikingos.
Como se suponía que todos los guerreros vikingos eran varones, el conjunto de armas y parafernalia encontrada con el esqueleto parecía dejar pocas dudas sobre el sexo del combatiente. No fue hasta que la osteóloga de la Universidad de Estocolmo Anna Kjellström revisó el esqueleto como parte de otro proyecto, cuando se dio cuenta de que la estructura de los huesos sugería que el vikingo desconocido podría haber sido una mujer.
La teoría de Kjellström resultó ser cierta. Se tomó una muestra de ADN de un diente y un brazo del esqueleto, que reveló que no había cromosomas Y.
No es la primera tumba vikinga que contiene armas y restos femeninos, explica el estudio. Sin embargo, es la primera que presenta pruebas contundentes de que las armas y la parafernalia encontradas junto a un esqueleto pertenecían a la mujer que ocupaba la tumba. Los ritos funerarios vikingos eran únicos pero bastante constantes, y los guerreros solían ser enterrados junto a sus posesiones. Estas posesiones podían ser desde sus armas hasta, en algunos casos, las mujeres que tomaban como esclavas. Como resultado, se han encontrado restos femeninos en las tumbas vikingas.
Antes de esto, el descubrimiento vikingo más famoso centrado en la mujer fue el barco de Oseberg, uno de los enterramientos vikingos más bien conservados y decadentes que se han encontrado. El barco, de dimensiones excepcionales, albergaba los esqueletos de dos mujeres e incluía 13 caballos, dos perros, dos bueyes, un carro de madera de cuatro ruedas, tres camas, cofres de madera, cuatro trineos de madera y una variedad de otros objetos que indicaban una gran influencia. Sin embargo, no se encontraron armas en el barco, y no había indicios de que las mujeres del yacimiento de Oseberg fueran guerreras, lo que hace que este reciente descubrimiento sea aún más significativo.
Por primera vez, señala el estudio, se puede decir que las mujeres «podían ser miembros de pleno derecho de las esferas dominadas por los hombres», durante la Era Vikinga.
«Lo que hemos estudiado no es una valquiria de las sagas, sino un líder militar de la vida real, que resulta ser una mujer», dijo en un comunicado público Charlotte Hedenstierna-Jonson, líder del innovador estudio.