¿Qué es un dólar débil?
Un dólar débil se refiere a una tendencia de precios a la baja en el valor del dólar estadounidense en relación con otras monedas extranjeras. La moneda más comúnmente comparada es el euro, por lo que si el euro está subiendo de precio en comparación con el dólar, se dice que el dólar se está debilitando en ese momento. Básicamente, un dólar débil significa que un dólar estadounidense puede cambiarse por cantidades menores de moneda extranjera. El efecto de esto es que los bienes que se cotizan en dólares estadounidenses, así como los bienes producidos en países no estadounidenses, se vuelven más caros para los consumidores estadounidenses.
Los puntos clave
- Un dólar débil significa que el valor del dólar estadounidense está disminuyendo en comparación con otras monedas, sobre todo el euro.
- Una moneda débil crea consecuencias tanto positivas como negativas.
- La Reserva Federal suele emplear una política monetaria para debilitar el dólar cuando la economía tiene dificultades.
- Los responsables políticos y los líderes empresariales no tienen consenso sobre si una moneda más fuerte o más débil es mejor para Estados Unidos.
Entender qué significa un dólar débil
Un dólar debilitado implica varias consecuencias, pero no todas son negativas. Un dólar debilitado significa que las importaciones son más caras, pero también significa que las exportaciones son más atractivas para los consumidores de otros países fuera de EE.UU. Por el contrario, un dólar fortalecido es malo para las exportaciones, pero bueno para las importaciones. Durante muchos años, Estados Unidos ha tenido un déficit comercial con otras naciones, lo que significa que es un importador neto.
Una nación que importa más de lo que exporta suele favorecer una moneda fuerte. Sin embargo, a raíz de la crisis financiera de 2008, la mayoría de las naciones desarrolladas han aplicado políticas que favorecen las monedas más débiles. Un dólar más débil, por ejemplo, podría permitir que las fábricas estadounidenses siguieran siendo competitivas, de manera que podrían emplear a muchos trabajadores y, por tanto, estimular la economía de Estados Unidos. Sin embargo, hay muchos factores, no sólo los fundamentos económicos como el PIB o los déficits comerciales, que pueden conducir a un período de debilidad del dólar estadounidense.
El término dólar débil se utiliza para describir un período sostenido de tiempo, en contraposición a dos o tres días de fluctuación de precios. Al igual que la economía, la fortaleza de la moneda de un país es cíclica, por lo que son inevitables los períodos prolongados de fortaleza y debilidad. Estos periodos pueden producirse por razones no relacionadas con los asuntos internos. Los acontecimientos geopolíticos, las crisis relacionadas con el clima, las tensiones financieras derivadas del exceso de construcción o incluso las tendencias de subpoblación pueden ejercer presión sobre la moneda de un país de forma que se genere una fortaleza o debilidad relativa durante un periodo de años o décadas.
La Reserva Federal trabaja para equilibrar estas influencias en la medida en que lo considere prudente. La Reserva Federal responde con una política monetaria restrictiva o relajante. Durante un periodo de política monetaria restrictiva, cuando la Reserva Federal sube los tipos de interés, es probable que el dólar se fortalezca. Cuando los inversores ganan más dinero gracias a los mejores rendimientos (mayores pagos de intereses sobre la divisa), se atrae la inversión de fuentes globales, lo que puede hacer subir el dólar estadounidense durante un tiempo. Por el contrario, la debilidad del dólar se produce en un momento en el que la Fed está bajando los tipos de interés como parte de una política monetaria expansiva.
La flexibilización cuantitativa
En respuesta a la Gran Recesión, la Fed empleó varios programas de flexibilización cuantitativa en los que compró grandes sumas de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas. A su vez, el mercado de bonos se recuperó, lo que llevó los tipos de interés en Estados Unidos a mínimos históricos. Al bajar los tipos de interés, el dólar se debilitó considerablemente. En un periodo de dos años (de mediados de 2009 a mediados de 2011) el índice del dólar estadounidense (USDX) cayó un 17%.
Sin embargo, cuatro años más tarde, cuando la Fed se embarcó en la elevación de los intereses por primera vez en ocho años, la situación del dólar dio un giro y se fortaleció hasta alcanzar un máximo de una década. En diciembre de 2016, cuando la Fed cambió los tipos de interés al 0,25%, el USDX cotizó a 100 por primera vez desde 2003.
Turismo y comercio
Dependiendo del tipo de transacción en la que participe una parte, poseer un dólar débil no es necesariamente una mala situación. Por ejemplo, un dólar débil puede ser una mala noticia para los ciudadanos estadounidenses que deseen ir de vacaciones a países extranjeros, pero podría ser una buena noticia para las atracciones turísticas de Estados Unidos, ya que también significa que Estados Unidos sería más atractivo como destino para los viajeros internacionales.
Más significativamente, un dólar estadounidense débil puede reducir efectivamente el déficit comercial del país. Cuando las exportaciones estadounidenses son más competitivas en el mercado exterior, los productores de Estados Unidos dedican más recursos a producir lo que los compradores extranjeros quieren de Estados Unidos. El debate sobre el dólar débil se ha convertido en una constante política en el siglo XXI.