«Displasia de cadera». Como propietario de un perro, estas son dos palabras que no quieres escuchar durante una conversación con tu veterinario. Afortunadamente, los avances de la medicina veterinaria y una serie de opciones de gestión hacen posible mantener a un perro con displasia de cadera feliz y sano durante años. A continuación se ofrece una visión general de la enfermedad, seguida de seis métodos de gestión y tratamiento que serán muy útiles para los padres de perros con problemas de cadera.
Resumen y causas
La displasia de cadera, una enfermedad esquelética común, se produce cuando las articulaciones de la cadera de un perro no se desarrollan del todo bien, permitiendo que las caderas se disloquen parcialmente. Para un perro al que se le diagnostica esta enfermedad, puede significar desde un doloroso desgaste hasta una dificultad extrema para desplazarse.
¿Qué causa la displasia de cadera? Principalmente, es una condición genética, aunque los factores ambientales y dietéticos también contribuyen al problema. Y aunque tiende a aparecer en las razas de perros más grandes, como el gran danés, el San Bernardo, el labrador y el golden retriever, y los pastores alemanes, los perros de todos los tamaños y razas son susceptibles.
También hay algunos factores ambientales que causan o empeoran la condición:
- El aumento rápido de peso y la obesidad, poniendo una tensión excesiva en las articulaciones.
- Factores nutricionales
- Masa muscular pélvica
- «Salto de conejo» o marcha oscilante
- Debilidad en una o ambas patas traseras
- Dolor al tocar la zona de la cadera o la pelvis
- Cambio de comportamiento: renuencia a levantarse/dificultad para levantarse, falta de voluntad para jugar o subir escaleras, intolerancia al ejercicio, reducción de los niveles de actividad
- Sonido de chasquido audible procedente de las caderas al caminar
- Encogimiento de los músculos de las patas traseras (atrofia)
Síntomas y diagnóstico
Si su perro muestra signos de displasia de cadera, parecerá similar a los signos de artritis: articulaciones dolorosas, dificultad para moverse y rigidez general. En general, su extremidad posterior estará coja y débil. Puede producirse en una o en ambas articulaciones de la cadera. Estos son algunos otros síntomas a los que hay que prestar atención:
Reconocer los síntomas a tiempo es importante, ¡y su veterinario puede ayudarle con esto! En realidad, es bastante sencillo diagnosticar la displasia de cadera: su veterinario realizará un examen físico, tomará algunas radiografías de su perrito y, posiblemente, realizará algunas pruebas manuales en las caderas y las patas de su perro.
Prevención, tratamiento y manejo
La mala noticia: normalmente no hay forma de prevenir la displasia de cadera porque casi siempre es hereditaria. La buena noticia: hay muchas opciones de tratamiento y control.
Existen varias opciones quirúrgicas, normalmente reservadas para cuando la afección es grave, incluida la sustitución total de la cadera. Sin embargo, para muchos perros, la combinación de una dieta saludable, suplementos para las articulaciones, medicamentos antiinflamatorios, el mantenimiento de un peso normal y el tipo de ejercicio adecuado pueden hacer maravillas para la displasia de cadera. Consulte nuestra lista de 7 formas comunes de controlar la displasia de cadera y mantener a su perro cómodo.
Si su perro está afectado por la displasia de cadera, su veterinario será su mejor recurso y le ayudará a elaborar un programa para mantener a su perro sano y feliz en el futuro.