Desplazamiento al rojo, desplazamiento del espectro de un objeto astronómico hacia longitudes de onda más largas (rojas). Generalmente se atribuye al efecto Doppler, un cambio en la longitud de onda que se produce cuando una determinada fuente de ondas (por ejemplo, la luz o las ondas de radio) y un observador están en rápido movimiento uno respecto del otro.
Encyclopædia Britannica, Inc.
El astrónomo estadounidense Edwin Powell Hubble informó en 1929 de que las galaxias lejanas se alejaban del sistema de la Vía Láctea, en el que se encuentra la Tierra, y que sus corrimientos al rojo aumentan proporcionalmente con el incremento de su distancia. Esta generalización se convirtió en la base de la llamada ley de Hubble, que correlaciona la velocidad de recesión de una galaxia con su distancia a la Tierra. Es decir, cuanto mayor sea el corrimiento al rojo manifestado por la luz que emana de dicho objeto, mayor será la distancia del objeto y mayor su velocidad de recesión (véase también la constante de Hubble). Esta ley de los corrimientos al rojo ha sido confirmada por investigaciones posteriores y constituye la piedra angular de las modernas teorías cosmológicas relativistas que postulan que el universo está en expansión.
Foto AURA/STScI/NASA/JPL (NASA photo # STScI-PR98-27)
Desde principios de la década de 1960, los astrónomos han descubierto objetos cósmicos conocidos como cuásares que presentan desplazamientos al rojo mayores que cualquiera de las galaxias más remotas observadas anteriormente. Los desplazamientos al rojo extremadamente grandes de varios cuásares sugieren que se están alejando de la Tierra a velocidades tremendas (es decir, aproximadamente el 90 por ciento de la velocidad de la luz) y, por tanto, constituyen algunos de los objetos más distantes del universo.