La difamación de carácter ocurre cuando alguien hace una declaración falsa y perjudicial sobre usted. La «difamación» es una declaración difamatoria hecha por escrito o publicada en línea, mientras que la «calumnia» es una difamación hablada. En cualquiera de los dos casos, la afirmación debe publicarse de alguna manera (lo que significa que algún tercero debe haberla oído o leído), debe ser falsa y debe causar un daño, normalmente a la reputación del sujeto. Esos componentes esenciales de una demanda por difamación son bastante sencillos. Pero, ¿qué tipos de daños pueden resultar de una declaración difamatoria, y puede usted recuperar la compensación por esas pérdidas a través de una demanda?
Daños a la reputación
Quizás la consecuencia negativa más común de una declaración difamatoria es el daño a su reputación profesional. Si usted es un empresario local y alguien hace una declaración falsa sobre usted a los demás, indicando que usted hizo algo deshonesto, eso podría hacer que sus clientes se lleven su negocio a otra parte. En otro ejemplo, tal vez una declaración falsa en un correo electrónico de la empresa hizo que su empleador dudara de si debía seguir trabajando.
Daños financieros
Por supuesto, las consecuencias financieras a menudo van de la mano con el daño a la reputación. Si pierde un negocio existente, o pierde su trabajo, o puede demostrar que perdió oportunidades de negocio o la posibilidad de un ascenso, puede solicitar una compensación («daños y perjuicios») por esos tipos de daños financieros siempre que pueda demostrarlos con cierto grado de precisión. Aprenda más sobre cómo calcular los daños en un caso de difamación.
Cuándo se puede presumir el daño
Algunos tipos de declaraciones falsas se presumen automáticamente como difamatorias. El escándalo del lacrosse de Duke de 2006 es un ejemplo. En ese caso, una mujer acusó a varios deportistas universitarios de agredirla sexualmente en una fiesta. Resultó que su relato no era fidedigno. Una declaración falsa en la que se acusa a otra persona de cometer un delito, o de participar en una conducta sexual inapropiada, suele considerarse «difamatoria per se», lo que significa que se presumirá que constituye una difamación si, de hecho, fue:
- falsa, y
- hecha maliciosamente o con imprudencia.
También se puede presumir que otros tipos de acusaciones falsas son difamatorias. Pero es importante tener en cuenta que las expresiones de opinión sobre usted, aunque sean negativas, no suelen ser difamatorias. Del mismo modo, si alguien cuenta un incidente verdadero pero poco halagador que le involucra, eso no equivale a una difamación o calumnia. La vergüenza no es difamación.
«Dolor y sufrimiento» en los casos de difamación
En algunas situaciones, la difamación puede provocar problemas de salud mental y física, como insomnio, depresión, ansiedad y otros efectos negativos. En algunos estados, un demandante por difamación podría ser capaz de recuperar una compensación por este tipo de daños por «dolor y sufrimiento», dependiendo de la naturaleza de la declaración difamatoria, especialmente cuando el daño económico es claro.
Métodos de prueba
En muchas jurisdicciones, si usted puede probar que alguien hizo una declaración falsa sobre usted a sabiendas o imprudentemente, y la publicó a otras partes, usted ha establecido una reclamación por difamación, y se presumirá que ha sufrido un daño (al menos nominal). Sin embargo, si su jurisdicción no sigue esa regla, o si usted es una figura pública o alguien que está en el ojo público, podría tener que probar que realmente fue perjudicado por la declaración difamatoria.
Para establecer que su reputación ha sufrido, además de su propio testimonio puede necesitar proporcionar testigos y pruebas documentales. Para demostrar el daño financiero, podría testificar sobre el impacto de la difamación en sus ingresos y su situación económica, pero también podría necesitar extractos bancarios, facturas, talones de pago, estados contables o declaraciones de impuestos para respaldar sus afirmaciones.
Para demostrar el dolor y el sufrimiento, podría testificar sobre los efectos que la difamación ha tenido en usted. También podría aportar testigos (incluyendo un cónyuge, familiares y/o amigos cercanos) para que declaren sobre sus observaciones acerca de usted en relación con el incidente. Si presenta una reclamación por daños mentales o físicos importantes, es posible que necesite que un médico u otro profesional de la salud testifique sobre sus síntomas y tratamiento médico, incluyendo pruebas de que los problemas que está experimentando actualmente no eran preexistentes. También deberá presentar las facturas médicas que demuestren lo que le costó el tratamiento de su bolsillo. Aprenda más sobre las pruebas que necesitará para presentar una demanda por difamación.
Para entender los matices de la ley de difamación y cómo se aplica a su situación, es posible que desee consultar con un abogado con experiencia en lesiones personales. Aprenda más sobre cómo un abogado maneja un caso de difamación.