Hay un consenso general entre los científicos marinos de que los tiburones tienen un sentido del olfato excepcional. Esto es definitivamente muy cierto y absolutamente necesario para su supervivencia. Sin embargo, la idea de que los tiburones tienen un super olfato que utilizan para oler las cantidades más pequeñas de sangre en vastas masas de agua es, en su mayor parte, cierta, pero muy embellecida.
Veamos primero cómo los tiburones utilizan su nariz para olfatear presas, sangre y otras cosas interesantes en el océano. El olfato es increíblemente importante para los tiburones y la forma en que utilizan este sentido es bastante fascinante. Justo debajo del hocico de un tiburón hay dos pequeñas aberturas, o narinas (cavidades nasales). Cada narina consta de dos aberturas más. El agua entra por una abertura y sale por la otra. En el interior de las fosas nasales hay una serie de pliegues cutáneos sensibles. El agua pasa por encima de las células sensoriales de los pliegues cutáneos. Estas células captan los olores del agua y envían señales al cerebro del tiburón. En el cerebro del tiburón, los lóbulos olfativos entran en acción y analizan los olores, que pueden ser los de una posible pareja o presa. Dado que el olfato es tan importante para los tiburones, no es de extrañar que cerca de dos tercios de su cerebro estén formados por lóbulos olfativos. A partir de aquí, es el tiburón el que decide si quiere perseguir el olor o no.
La creencia de que los tiburones pueden oler una gota de sangre en el océano, es muy exagerada. Los tiburones pueden detectar una parte de sangre por cada millón de partes de agua, pero si uno tuviera que descomponer esto en una fórmula absolutamente simple (y bastante cercana a la verdad), significa que uno tendría que añadir dos litros de sangre a nuestra exposición de tiburones de la Fundación Save Our Seas (dos millones de litros de agua), para probar esta teoría. Si hubieras perdido dos litros de sangre, probablemente morirías por pérdida de sangre, en lugar de por una mordedura de tiburón. Además, hay que tener en cuenta el tiempo que tardaría el olor de la sangre en viajar desde su origen hasta el lugar donde se encuentra el tiburón, y luego el tiburón todavía tiene que desandar el camino de la sangre, de vuelta a su origen. Esto puede llevar desde minutos hasta horas. Por no hablar de la interferencia de las corrientes oceánicas, otros animales, otros olores e interferencias humanas como la actividad de los barcos, etc.
Entonces, ¿cómo hacen los tiburones para «seguir el olor»? Un estudio ha descubierto que las narices de los tiburones no sólo son súper sensibles al olor, sino que además funcionan en estéreo. Los tiburones pueden detectar los retrasos más pequeños en el tiempo que tarda un olor en llegar a un orificio nasal y al otro. El tiburón se girará hacia el orificio nasal que haya registrado primero el olor. El tiempo que transcurre entre el registro del olor en el primer orificio nasal y el registro en el segundo puede ser de tan sólo medio segundo. Si un tiburón no experimenta ese retraso, se dejará llevar por la corriente y girará hacia donde quiera.
Otras cosas interesantes sobre el olfato de los tiburones: No todos los tiburones tienen la misma capacidad olfativa. Algunos lo hacen mejor que otros. Las narices de los tiburones sólo se utilizan para oler, y no para respirar como lo hacemos nosotros. Y por si aún te preguntas cómo huelen los tiburones… ¡huelen un poco a pescado!