Aparte de las bromas, si te enfrentaras en una lucha cuerpo a cuerpo contra cualquier otro animal del mundo, un gorila es probablemente uno de los peores empates que podrías conseguir.
Veamos cómo pesan:
Los gorilas machos pueden pesar entre 300 y 500 libras (135-225 kilogramos).
Su fuerza estimada (fuerza ejercida a través de una acción) es alrededor de seis veces la máxima de un humano.
Tienen una presión de mordida de alrededor de 1.300 psi (libras por pulgada cuadrada) – más fuerte que un león, o un gran tiburón blanco.
Tienen una envergadura de brazo de 7,5-8,5 pies (2,3-2,6 metros), lo que significa que tienen el alcance de casi cualquier humano.
Pueden correr a velocidades de hasta 20-25 millas por hora, aunque no para largas distancias.
Tienen un centro de gravedad más bajo que los humanos, lo que los hace más estables y un mejor luchador.
Una ventaja más sobre nosotros: los colmillos.
Realmente, no querrás pelear con un gorila.
Pero curiosamente, a menos que lo desafíes o intentes tomar su territorio, el gorila tampoco tiene mucho interés en pelear contigo. Los gorilas son omnívoros, pero su dieta consiste principalmente en materia vegetal. La única y limitada cantidad de proteínas que consumen proviene de insectos, como las hormigas o las termitas.
En cautividad, los gorilas comen una dieta totalmente vegetariana, que consiste en verduras de hoja verde como la lechuga y la col rizada, zanahorias, calabacines, apio y frutas como manzanas o naranjas.
Se echa de menos en esa dieta: proteínas en polvo, carne de vacuno, pollo o cualquier otra fuente de proteínas de alta densidad. Incluso en la naturaleza, esas termitas e insectos no son más del 2-3% de la dieta de un gorila, como mucho.
Entonces, ¿cómo hacen los gorilas para acumular kilos de músculo, si no están comiendo ninguna proteína?
El secreto de la fuerza de un gorila es su estómago – o un poco más abajo.