Congela la frittata y otras cazuelas de huevo para facilitarte la tarea cuando quieras disfrutar de un abundante brunch con poca preparación. Unas pocas precauciones garantizarán que el plato esté delicioso cuando se recaliente.
Prepare la cazuela o frittata y asegúrese de que alcanza una temperatura interna de 160 grados Fahrenheit cuando se cocine. La cocción a fondo no sólo eliminará las bacterias que pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos, sino que también garantizará que los huevos estén completamente cuajados. Los huevos crudos o semicrudos se vuelven gomosos cuando se congelan.
Consejos
Cocine los guisos en bandejas de aluminio desechables en lugar de los platos para hornear de todos los días. Pueden pasar del horno al congelador sin ocupar una sartén que de otro modo querrías utilizar.
Coloca la cazuela en una rejilla para enfriar hasta que alcance la temperatura ambiente. Tápela y refrigérela durante varias horas o toda la noche. Este proceso de enfriamiento en dos fases evita que la cazuela caliente caliente caliente su frigorífico, haciendo que otros alimentos se estropeen.
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Decida si quiere preparar toda la cazuela para congelarla o congelar porciones individuales.
Coloque el paquete o paquetes preparados en la parte más fría del congelador durante varias horas o hasta que estén completamente congelados. Una vez que estén sólidos, puede moverlos a otra zona del congelador.
Consejos
Las frittatas y los guisos de huevos duran de 2 a 3 meses en el congelador.
Tenga en cuenta el tiempo de descongelación cuando esté listo para disfrutar de su guiso o frittata. Mueva la cazuela -o una sola porción- del congelador a la nevera 24 horas antes de que piense servirla.
Después de dos o tres horas, desenvuelva la cazuela o frittata. Cúbrala ligeramente y vuelva a meterla en el frigorífico para que termine de descongelarse. Desenvolverlo en este momento permite que la condensación se evapore, evitando que se empapen.
Caliente una cazuela de huevos o una frittata en el microondas o en el horno. El microondas es más rápido, pero la frittata puede salir un poco empapada. Utilizar el horno lleva más tiempo, pero conserva más la textura original del plato.