La remolacha es una gran adición a cualquier plato de invierno. Este tubérculo no sólo añade una sutil dulzura y un atractivo color rojo intenso a cualquier comida, sino que también está lleno de muchos beneficios para la salud. La remolacha adquiere su color característico por la gran cantidad de betalaínas que contiene. La betacianina, un rico pigmento vegetal de color rojo, es también un conocido antioxidante que puede proteger al organismo contra los radicales libres e incluso reducir el riesgo de cáncer al protegerlo contra ciertos carcinógenos, según Reader’s Digest.
La remolacha también contiene otro importante antioxidante llamado luteína, que desempeña un importante papel en el mantenimiento de la salud ocular. La luteína es un carotenoide que ayuda a prevenir la degeneración macular que puede producirse con la edad. De hecho, se ha demostrado que el consumo de remolacha reduce el riesgo de muchas enfermedades relacionadas con la edad, incluida la demencia. El zumo de remolacha produce ácido nítrico, que se ha demostrado que aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, reduciendo el riesgo de demencia. Además, el alto contenido en fibra de la remolacha puede reducir el riesgo de muchas otras enfermedades, como el cáncer de colon, las enfermedades cardíacas y la diabetes, según Healthline.