Una alergia alimentaria es una respuesta exagerada del sistema inmunitario a una proteína alimentaria y el cuerpo desencadena una reacción alérgica. Los síntomas pueden incluir urticaria, picor, hinchazón, vómitos, diarrea y náuseas. En algunos casos, puede provocar síntomas potencialmente mortales, denominados anafilaxia, ya sea por dificultades respiratorias y/o una caída repentina de la presión arterial.
En ocasiones, la alergia alimentaria puede ser menos evidente y caracterizarse por cólicos infantiles, reflujo del contenido estomacal, eczema, diarrea crónica y retraso en el desarrollo. Estudios recientes han descubierto que hasta el 40-50% de los casos de eczema en niños pequeños están provocados por una alergia alimentaria.
Ocho alimentos causan el 90% de las alergias: leche, huevo, cacahuetes, frutos secos, pescado, marisco, trigo y soja. Sin embargo, cualquier alimento puede provocar una reacción alérgica.
Una intolerancia alimentaria es una reacción adversa a un alimento que no implica al sistema inmunitario. Las reacciones pueden ser inmediatas o retardadas hasta 20 horas después de la ingesta de un alimento.
Los síntomas de la intolerancia son a veces imprecisos y pueden incluir una combinación de los siguientes: problemas gastrointestinales como hinchazón y gases, diarrea, náuseas e indigestión, agravamiento de eczemas o asma. A veces, las intolerancias alimentarias pueden imitar los síntomas de otras enfermedades, por lo que es importante que un médico las examine para descartar otros problemas.
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