Cordón nervioso es un término que puede referirse a (1) el único, hueco, lleno de líquido, tracto dorsal de tejido nervioso que es una de las características que definen a los cordados (cordón nervioso dorsal) y que se desarrolla en la médula espinal y el cerebro de los vertebrados; o (2) la doble hilera de fibras nerviosas, típicamente sólida y ventral, que se encuentra en algunos filos de invertebrados (cordón nervioso ventral).
En ambos casos, el término cordón nervioso hace referencia a un haz de fibras nerviosas que atraviesa el eje longitudinal de un animal y es una estructura importante del sistema nervioso central del animal. Sin embargo, en el caso de los cordados, el cordón nervioso es tubular, hueco, lleno de líquido, y discurre en sentido dorsal, por encima de la notocorda y el tracto intestinal, mientras que en el caso de los no cordados es sólido y discurre en sentido ventral, por debajo del tracto digestivo. También se diferencian en que el cordón nervioso de los cordados se forma por invaginación en el embrión, mientras que en los no cordados, el cordón nervioso no se forma por invaginación.
El hecho de que todos los cordados, tan diversos como son (desde los tunicados hasta los peces, pasando por las aves y los simios), compartan la presencia de un cordón nervioso dorsal en algún momento de su ciclo vital muestra la interconexión y la unidad de la naturaleza, así como y la evidencia de una descendencia común. Del mismo modo, el hecho de compartir un cordón nervioso ventral entre especies de filos particularmente invertebrados muestra la unidad dentro de estos taxones.
Cordón nervioso ventral
El cordón nervioso ventral es un haz de fibras nerviosas, típicamente un doble soporte sólido (par) de cordones nerviosos, que corre a lo largo del eje longitudinal de algunos filos de invertebrados alargados, y forma parte del sistema nervioso central del invertebrado. En la mayoría de los casos, estos cordones nerviosos discurren en sentido ventral, por debajo del intestino, y se conectan con los ganglios cerebrales. Entre los filos que exhiben cordones nerviosos ventrales se encuentran los nematodos (lombrices redondas), los anélidos (como las lombrices de tierra) y los artrópodos (como los insectos y los cangrejos de río).
El cordón nervioso ventral suele consistir en un par de troncos nerviosos parcialmente fusionados que discurren longitudinalmente a lo largo del plano ventral de los animales, desde el anterior al posterior (el tagma torácico y el abdominal en los artrópodos). Una estructura básica, por ejemplo, es el escenario en el que cada segmento del cuerpo está inervado por pares de ganglios (o puede describirse como que cada segmento tiene un ganglio, pero ese ganglio consiste en un par de hemiganglios a cada lado). Los ganglios de segmentos adyacentes están conectados por fibras nerviosas denominadas conectivas (o «conectivas intersegmentarias»). Dentro de un segmento, los hemiganglios están conectados por un tracto de fibras nerviosas, llamadas comisuras, que pasan de un lado a otro del cordón nervioso. El sistema completo se asemeja a una escalera de cuerda.
Existen diferentes grados de fusión de los ganglios entre los distintos taxones. En algunos animales, los ganglios bilaterales están fusionados en un único gran ganglio por segmento. Esta característica se encuentra sobre todo en los insectos.
A diferencia de los cordados, el cordón nervioso de los invertebrados no se desarrolla por invaginación. En lugar de que las células se reúnan dorsalmente en la superficie externa del embrión, se plieguen hacia adentro y luego se hundan hasta su posición final, en el caso de la formación del cordón nervioso ventral, las células comúnmente se mueven hacia adentro hasta la posición interna individualmente (Campbell et al. 2013).
Cordón nervioso dorsal
El cordón nervioso dorsal es un haz hueco de fibras nerviosas que atraviesa dorsalmente el eje longitudinal de los cordados en alguna etapa de su vida, y discurre por encima de la notocorda y el intestino. El cordón nervioso dorsal es una característica embrionaria exclusiva de los cordados. Otros rasgos distintivos del filo Chordata es que todos tienen, en algún momento de su vida, una notocorda, una cola postanal, un endostilo y hendiduras faríngeas. En los vertebrados, esta característica embrionaria conocida como cordón nervioso dorsal se transforma en el cerebro y la médula espinal.
Los cordados se dividen en diversos subfilos, comúnmente los tres subfilos de Urochordata (tunicados), Cephalochordata (lancetas o anfioxos), y Vertebrata (aunque los mixinos, que carecen de vértebras, a veces no se clasifican en Vertebrata sino en su propio subfilo de Myxini y en algunas taxonomías se utiliza el subfilo Craniata para incluir a los mixinos y otros vertebrados). Las larvas de urocordados tienen un cordón nervioso y una notocorda, pero éstos se pierden en la edad adulta. Los cefalocordados tienen un cordón nervioso y una notocorda, pero no tienen vértebras. En todos los vertebrados, excepto en el mixto, el cordón nervioso hueco dorsal está rodeado de vértebras cartilaginosas u óseas y la notocorda suele estar reducida. (A diferencia de los vertebrados, los tunicados y los cefalocordados carecen de cualquier tipo de cráneo. Los que tienen cráneo, es decir, los vertebrados, se sitúan en el grupo taxonómico Craniata). En los vertebrados, la médula nerviosa dorsal embrionaria se desarrolla en una médula espinal con cerebro (Towle 1989).
La médula nerviosa dorsal se desarrolla a partir de una placa de ectodermo dorsal que se invagina en un tubo hueco y lleno de líquido. Esencialmente, el tejido neural, que se concentra por encima de la notocorda en desarrollo en la superficie exterior del embrión, se pliega en un tubo neural hueco y luego se hunde para llegar a su posición interna (Campbell et al. 2013).
- Campbell, D., A. Plescia, y W. Fillmore. 2013. Phylum Chordata. Cornell BIOG 1105-1106.. Recuperado el 2 de julio de 2013.
- Campbell, N. A., J. B. Reece, L. A. Urry, et al. 2008. Biología, 8ª edición. San Francisco: Pearson/Benjamin Cummings. ISBN 97805368444.
- Hickman, C., L. Roberts, S. Keen, A. Larson, y D. Eisenhour. 2006. Diversidad animal, 4ª edición. New York: McGraw Hill. ISBN 9780072528442.
- Lobster Conservancy. 2003. Biología de la langosta. Lobster Conservancy. Recuperado el 2 de julio de 2013.
- Towle, A. 1989. Modern Biology (Biología moderna). Austin, TX: Holt, Rinehart and Winston. ISBN 0030139198.
- Comparación de la médula espinal y la médula nerviosa ventral. Recuperado el 2 de julio de 2013.
- Morfología de los insectos. Recuperado el 2 de julio de 2013.
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