La neumonía es una infección pulmonar común causada por bacterias, un virus u hongos. Suele contagiarse al toser, estornudar, tocarse o incluso respirar, y quienes no presentan síntomas también pueden transmitir la enfermedad.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una infección de los pulmones que puede estar causada por bacterias, virus u hongos. La infección hace que los sacos de aire de los pulmones (alvéolos) se inflamen y se llenen de líquido o pus. Eso puede dificultar que el oxígeno que se respira llegue al torrente sanguíneo. Los síntomas de la neumonía pueden ir de leves a graves, e incluyen tos, fiebre, escalofríos y problemas para respirar.
Muchos factores afectan a la gravedad de un caso de neumonía, como el tipo de germen que causa la infección pulmonar, la edad de la persona y su estado de salud general. Las personas con mayor riesgo son los bebés y los niños pequeños, los adultos de 65 años o más y las personas que tienen otros problemas de salud.
La neumonía es una de las principales causas de hospitalización tanto en niños como en adultos. La mayoría de los casos pueden tratarse con éxito, aunque pueden tardar semanas en recuperarse por completo. Decenas de miles de personas en Estados Unidos mueren de neumonía cada año, la mayoría de ellas adultos mayores de 65 años.
¿Qué causa la neumonía?
La neumonía puede ser causada por una amplia variedad de bacterias, virus y hongos presentes en el aire que respiramos. Identificar la causa de su neumonía puede ser un paso importante para obtener el tratamiento adecuado.
Aprenda más sobre las causas de la neumonía.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Cualquiera puede contraer neumonía, pero hay muchos factores que pueden aumentar las posibilidades de enfermar y tener una enfermedad más grave. Uno de los factores más importantes es la edad. Las personas de 65 años o más corren un mayor riesgo porque su sistema inmunitario es menos capaz de combatir la infección a medida que pasan los años. Los bebés y los niños de dos años o menos también tienen un mayor riesgo porque su sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado.
Otros factores de riesgo pueden agruparse en tres categorías principales: condiciones médicas, comportamientos de salud y entorno.
Condiciones médicas
- Enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC, las bronquiectasias o la fibrosis quística, que hacen que los pulmones sean más vulnerables.
- Otras enfermedades crónicas graves, como las cardiopatías, la diabetes y la anemia de células falciformes.
- Un sistema inmunitario debilitado debido al VIH/SIDA, un trasplante de órganos, la quimioterapia o el uso prolongado de esteroides.
- Dificultad para tragar, debido a un accidente cerebrovascular, demencia, enfermedad de Parkinson u otras afecciones neurológicas, lo que puede dar lugar a la aspiración de alimentos, vómitos o saliva en los pulmones que luego se infectan.
- Infección respiratoria vírica reciente: un resfriado, laringitis, gripe, etc.
- Hospitalización, especialmente cuando se está en cuidados intensivos y se utiliza un respirador artificial.
- Fumar cigarrillos, que daña los pulmones.
- Abuso de drogas y alcohol, que aumentan el riesgo de neumonía por aspiración.
- Exposición a ciertas sustancias químicas, contaminantes o humos tóxicos, incluido el humo de segunda mano.
Conductas de salud
Medio ambiente
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