Si tus dedos han visto días mejores (léase: esmalte desconchado y piel áspera y agrietada), pero no puedes ir al salón de manicura en un futuro previsible, no tienes por qué llevar calcetines las 24 horas del día o renunciar a unas elegantes sandalias cuando empiece a hacer calor.
Siempre que tengas un puñado de herramientas, es relativamente fácil hacer una pedicura en casa. Como mínimo, querrás tener a mano un cortaúñas, una lima, una capa base, una capa superior y un esmalte bonito y elástico. Otros utensilios, como un baño de pies, aceite para las cutículas y una lima para eliminar los callos, son opcionales, pero es bueno tenerlos. Sin ellos, puedes conseguir una pedicura profesional y duradera, pero estos artículos adicionales hacen que el tratamiento de belleza sea más terapéutico y que los resultados generales sean mejores.
Para empezar con esa pedicura, sigue esta sencilla guía paso a paso de Rita de Alencar Pinto, fundadora de los salones de uñas Vanity Projects en Miami y Nueva York:
Paso 1: Eliminar el esmalte antiguo.
Retira cualquier resto de esmalte con un algodón y un quitaesmalte. (El que no es de acetona es más suave, pero la acetona ayudará a quitar más fácilmente cualquier esmalte resistente, como los que contienen brillos molestos). Si no tienes ningún algodón, puedes usar una toalla de papel, pero este material no es tan abrasivo, por lo que la eliminación requerirá un poco más de esfuerzo.
Un favorito del salón sin acetona.
Una fórmula a base de acetona para el esmalte más resistente.
Paso 2: Remojar los pies.
Si tienes un baño de pies, ahora es un buen momento para sacarlo. Si no, puedes llenar tu bañera y sentarte en el borde.
Llene su palangana con agua tibia y un baño de inmersión -la sal de Epsom es una gran opción, especialmente para los pies doloridos- y sumérjase. Deja que tus pies se asienten de cinco a diez minutos para ablandar las cutículas y luego sécate un pie a la vez. Si tienes removedor de cutículas en casa, aplícalo alrededor de las cutículas y en los talones para ayudar a suavizar los pies ásperos y eliminar los callos.
Un baño de pies con burbujas para lo último en comodidad y confort.
Sal de baño con aroma a lavanda para aliviar los pies y calmar la mente.
El removedor de cutículas con aloe para obtener los máximos beneficios de nutrición de la piel.
Paso 3: Recortar y limar las uñas.
Comienza con el cortaúñas para empezar a recortarlas. No te preocupes por perfeccionar los bordes. Después, coge tu lima para suavizar y dar forma.
Si tus talones o dedos se sienten un poco ásperos, utiliza una lima para pies o una piedra pómez para suavizar la piel y las callosidades que puedas tener.
Una herramienta duradera con una funda para recoger los recortes a medida que avanza.
Un estuche de viaje hace que sea más fácil guardar tu lima entre las pedicuras.
Una forma eficaz de alisar la piel áspera y eliminar los callos, pero más segura que los estilos de rallado.
Paso 4: Date un pequeño masaje.
Ahora, la mejor parte: Una vez que ambos pies estén secos y tratados, aplica una cucharada de crema hidratante para pieles secas en cada pie. Masajea los pies y los dedos de los pies durante unos minutos -¡o todo el tiempo que quieras! Puntos extra si tienes un masajeador de pies eléctrico (en este caso, ¡salta la loción!) o una pareja que pueda ayudarte con un masaje casero más largo.
Paso 5: Prepara los dedos de los pies.
Utiliza un disco de algodón para eliminar el exceso de residuos aceitosos -esto ayuda a que el esmalte dure más. Los separadores de dedos son lo más conveniente, pero hay una solución si no tienes ninguno: Simplemente coge un trozo de toalla de papel y retuércela en forma de cuerda, tejiéndola a través de los dedos de los pies.
Paso 6: Aplicar una fina capa de base.
No te saltes este paso, es crucial si quieres que tu pedicura dure, ya que la capa base es la que proporciona una barrera entre los aceites naturales de tus uñas y el esmalte.
Consejo profesional: si tienes problemas para llegar a los dedos de los pies, apoya la pierna en otra mesa o en una silla. Sólo asegúrate de poner una toalla para evitar cualquier derrame y las consiguientes manchas en tus muebles.
Esta base promete ser totalmente transparente.
Paso 7: Aplicar el esmalte.
Una vez que la capa base se haya secado, aplique a una capa fina de su color de elección. Deja secar y luego aplica una segunda capa fina de color.
Si tienes problemas para pintar los dedos de los pies pequeños, intenta separarlos más para conseguir un mejor punto de vista. Poner menos esmalte en el pincel también puede ayudar a mantener las cosas ordenadas.
Paso 8: No te olvides del top coat.
Otro paso crucial para que el esmalte dure: el top coat. Una fina capa de top coat ayuda a sellar todo y evita que se astille prematuramente. Deja que se seque -haz una prueba de tacto a los 10 o 15 minutos, aunque lo ideal es entre 20 y 30 minutos, sobre todo si te vas a poner calcetines o zapatos-.
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